miércoles, 2 de noviembre de 2011

Es más o menos octubre


Esta vez sí quiero escribir algo.
Todos los movimientos sociales de la tierra, las agrupaciones de los afines, los organismos errantes, las colectividades que pagan justos su escarmiento en compañía unos de otros, los países, las familias disfuncionales y las que salen en televisión, las sectas que no saben lo que quieren, los equipos de fútbol en la guerra y los escuadrones de gansos, la masa del bosque, la de los océanos, la de los campos de trigo y las ensaladas tutti fruti, el cartel de la industria pornográfica infantil, la iglesia católica, cada uno de los grandes invisibles y watchers en naves del espacio y anteojos oscuros, que no pueden dejar de viajar en sicodélicos, los infantes en sueños a punto romper el cascarón. Todos pueden tener fe en que ese día llegará y el devenir incontrolable rebalsará toda forma de contención. El esperma podrido reventará contra las paredes de los edificios y anegará calles y plazas, llenándolas de espuma y gaviotas detenidas en el hermoso tiempo. Una nostalgia nos dará sombra con sus alas dando vueltas sobre estos esqueletos y todo seguirá igual.
A veces me pregunto si me debería preguntar de qué planeta vengo, pero termino pensando en el planeta al que me gustaría ir a pasar un martes en la noche.
He vuelto a escribir. Hola a todos los que alguna vez en su vida esperaron volver a leer algo nuevo acá. Y para celebrarlo nada más nuevo que enseñándoles un tributo que me han hecho en Internet.