“Pon atención, distinguido amigo, en primer lugar mi nombre no es Zé Galinha, es Zumbi del Jogo da Bola, ¿entiendes? Y en segundo lugar no soy presidente de ninguna puta Unión de Mendigos, eso es una mamada de la oposición. Nuestro nombre es Union de los Desamparados y Descamisados, la UDD. No pedimos limosnas, no queremos limosnas, exigimos lo que nos quitan. No nos escondemos debajo de los puentes y de los viaductos o dentro de cajas de cartón como ese puto Benevides, ni vendemos chicles y limones en los cruceros.”
“Correcto”, dice Augusto.
“Queremos ser vistos, queremos que miren nuestra fealdad, nuestra suciedad, que sientan el olor de nuestro sudor en todas partes; que nos observen haciendo nuestra comida, durmiendo, jodiendo, cagando en los lugares lindos donde los bonitos pasean y viven. Di órdenes para que los hombres no se afeitaran, para que los hombres y las mujeres y las criaturas no se bañen en las fuentes públicas, en las fuentes públicas orinamos y cagamos, tenemos que apestar y asquear como una montaña de basura en medio de la calle. Y nadie pide limosna. Es preferible robar que pedir limosna.”
“¿No tienen miedo de la policía?”
“La policía ya no tiene dónde encerrarnos, las cárceles están repletas y somos muchos. Nos detienen y tienen que soltarnos. Y apestamos demasiado como para que tengan ganas de golpearnos. Nos quitan de la calle y volvemos. Y si mataran a alguno de nosotros, creo que eso va a pasar en cualquier momento, y sería hasta bueno que ocurriera, así agarraríamos el cuerpo y exhibiríamos el esqueleto por las calles como hicieron con la cabeza del Lampiao.”
“¿Sabes leer?”
“Si no supiera leer estaría viviendo feliz dentro de una caja de cartón, recogiendo sobras.”
“¿Dónde consiguen recursos para su asociación?”
“Se acabó la plática, Epifanio. Recuerda mi nombre, Zumbi del Jogo da Bola, tarde o temprano vas a oír hablar de mí, y no será por el culo-sucio del Benevides. Toma tus cosas y vete.”
Extraído de: Rubem Fonseca. El arte de caminar por las calles de Río de Janeiro.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
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3 comentarios:
ya era hora que te manifestaràs , brutazo, era hora que volvieras a estado de brutalidad pura, o pura brutalidad que es casi lo mismo en grado superlativo.......no dudes del inmenso amor universal que el planeta plaga sobre tu minúsculo cerebro.
te amamos neuro
Extrañaba los comentarios anónimos de los hombrecitos grises. Un abrazote a todos.
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