Este poema estaba en mi bolsillo, así que cuando llegué a la casa de JC lo leí y le gustó.
Universos como mentes, con sus propias leyes y lógicas.
Uno donde un beso más la luna dé ciento veintitrés estrellas
y un sol negro.
Uno donde a la derecha el cielo sea azul, a la izquierda amarillo y a la derecha rojo,
cuando agitas la cabeza.
Universos poligámicos con diez días cada semana frente al mar.
Desiertos espaciales donde se celebren concilios mecánicos y orgías de salamandras en hogueras cuyas llamas en lo alto se buscan unas a otras para mezclarse, fusionarse en delirio, como las ramas de los árboles sobre la pista, a las que les cuelgan las raíces donde las aves hacen nidos y bulla angelical.
Trenes locos que van de uno y otro lado a toda velocidad llenos de pasajeros que como el oxígeno en la hemoglobina, respiran, respiran
agitados
dejando de fumar.
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