Primero Gouri me pasó lo de Panduro. Y su elevado discurso entorno a los hombresexuales, el consumo de wariwana entre otros temas de igual trascendencia geopolítica.
Después mi gatita me pasó un corto de Spike Jonze pajita sobre los androides de estos tiempos.
Y finalmente Gufi me lanzó una hipótesis sobre mis sueños, aunque últimamente en realidad no he estado soñando nada, sin contar ese sueño de los dedos como patas de los elefantes de las tentaciones de San Antonio.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
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