lunes, 5 de julio de 2010

Y en general

Cosas generales debería ser una sección del periódico, donde un reconocido comentarista de surf o ajedrez hable de lo que piensa acerca del derrame de petróleo o un arqueólogo como el pata que conocí el sábado, David Algo, escriba acerca de Warren Ellis y 1492, el año en que la esfera mundial se hizo global. ¿En qué género se puede escribir de generalidades? Pues en el género periodístico, hijo. Sé conciso, preciso y relevante. No te explayes ni ofrezcas información irrelevante. Hoy no quiero participar ni quiero tomar una posición.

El marco se cae del clavo, rebota, luego se va de frente contra el suelo y la maravilla queda desnuda en la pared, como una medusa que abre sus pétalos, caracol que lentamente extiende sus ojos sobre los ojos de Rafnor Prasmiak y un documental sobre las pesadillas, pero es imposible que el pánico, a menos que con vino y una gaita o una flauta o un portaaviones visto como un instrumento musical por Russoló.

Todo pierde sentido, si mi gatita no me ronda y me dice que me quiere. Todo es instrascendente y falto de gracia; incluso sentarme en el baño a leer cosas de Palahniuk como:
"Es muy duro olvidar el dolor, pero es más duro todavía recordar la dulzura" o "La felicidad no nos deja cicatrices. Apenas nada aprendemos de la paz"; no me conmueven en lo absoluto.

Hoy en algunos momentos del día me sentí tan inspirado que pensé que no me sería necesario pensar en nada especial. Así que en general esto era lo que tenía en la cabeza en estos minutos antes de dormir y seguir soñando. (Acá van los clichés de Calderón de la Barca, qué duerman bien).