jueves, 20 de diciembre de 2007

Anarchy in the nowhere

-Tío, yo también estoy luchando, pero no sé contra qué ni para qué. ¿Y tú?
- No, yo tampoco, pero ni lo pienso. ¿Para qué? No quiero amargarme la vida tampoco.

Se encierra en su oficina y manda al mundo a la mierda. Sin saber que su pierna está encadenada al mundo que ha botado por la ventana. ¿El tiempo?

La incertisumbrew de los días. Ha pasado. No sé. Va a llegar, quién sabe. ¿Mañana? No tampoco. ¿Qué quieres? Estoy harto de despertar. Tal vez mañana, quién sabe. Tú llegues y yo quiera salir y hagamos algo y quién sabe qué más. He cometido el error de no saber. No me siento culpable, pero así sucede. Y esta vez no sé si a veces, aunque sea lo más probable. A veces es así. ¿Mañana cómo vas a venir? ¿Cómo estás hoy?

¿Hey, sigues siendo nada? Me preguntaba si te gustaba algún grupo en especial o una película. Me cuenta su película favorita mientras por la calle pasa un tío con una oveja en los brazos y a su lado la catarata de combis y humo y taxis y gente desesperada que no sabe a dónde ir. Me estoy quitando a chupar con mis patas. Estoy yendo a trabajar papito, ya suéltame, sino qué vamos a comer. Estoy regresando tempranito, no me esperes despierta. Ya estoy llegando. Ya voy a nacer, tal vez mañana, cuando se me pase el sueño, cuando.

Ella llevaba a todos lados un papelito con una palabra escrita con lapicero verde: ganas. Nunca supo a quién dárselo. La Navidad será un buen momento. Él espera sentado desde hace años a que ella llegue con las ganas. Yo hace años, cagándome de risa, le dije a un broder que siempre se viste de negro, saliendo de una clase de interpretación de textos: “todo es seducción tío, todos tirándose las redes, unos a otros, es un cague de risa, pero demasiado salvaje al mismo tiempo. Todos están seduciéndose unos a otros, tratando de llamar la atención del otro para pasar al instante siguiente, copulando, comulgando en estas islas llamadas ideas, pero más que ideas: gustos, preferencias, deseos. Y lo que veo es que a todo el mundo le gusta lo mismo y yo quiero ver qué hay del otro lado de la pista, ahí donde todavía no han llegado las antorchas…” y seguí hablando aunque ya este chico hablaba con alguien más y yo estaba comprándome un cigarro en una tienda.

cozzzzzzzzzzz aaaaaaaaaiiiiiiiii waaaaaaaaaanaaaaaaaaa biiiiiiiiiii anaaaaarchist

Estoy bailando alrededor de la mujer perfecta, la que se deshace, la que no necesita pasar por mis sentidos, ni dar explicaciones al respecto.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Vi a la mujer perfecta

Estaba esperando a que me abran la puerta con mi bicicleta. Y en eso pasa ella con sayonaras y un polo negro con una S brillante. Y yo dije: wow supergirl. Y nadie me abría. Así que dejé de mirarla, para ver qué había del otro lado de la calle, pero no había nada o unos obreros jugando naipes y un perro dálmata con manchas marrones. Luego volví a verla y cruzó la pista, perdiéndose por una calle. ¿Ahora, qué hago? Nadie me abre. Di una vuelta, pero no por la calle en la que entró. Le voy a dar la vuelta a la manzana, dije. No la vi y me regresé a mi jato. Vi a mi primo en la puerta de su casa que está a dos cuadras de la mía, hablando con el carro rojo. Ah y también está mi abuelo, dije. Fui a toda velocidad para saludarlos. AAAAAAhhhhhhhhh EL MIGUEEEEEL!!!!! APÚRATE DEJA LA BICICLETA Y VAMOS!!!!!!, también estaba mi tía. Y yo me alegré entonces dije: VAMOS. En el carro les conté que había visto a la mujer perfecta y me dijeron qué y qué es? Entonces yo les dije miren es más o menos ASÍ: y ella pasó al lado del carro.

Al día siguiente me llamó una amiga para decirme que en su trabajo necesitaban a alguien para que haga lo mismo que ella. Así que fui. Ahora tengo empleo. Qué y mañana? No sé. Cuando regresé a mi jato me puse a tocar con una cuerda: este instante es perfecto, este instante es perfecto, quiero romper todas las cuerdas, este instante es perfecto.

Y nada, este post es para que la próxima vez que vea a la mujer perfecta le diga: mira lo que dije es cierto,
verte me dio
buena suerte.
(me salió en verso
y sin esfuerzo) <--- esa la vi en popeye.
Te amo te amo te amo, aunque yo solo sea el pedazo más wevón de Dios y tú seas perfecta. Me siento muy agradecido con todo, con esa chica, con Agnes, con mis viejos, en general con todas las cosas que se aparecen sin que sepa exáctamente de dónde vienen ni qué son.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Como no estoy entrando al Internet mucho...

Dejo unos fragmentos del último cuaderno rojo que estoy escribiendo

A los niños desde que aprenden a escuchar se les debe decir que son Dios, que ha despertado a la vida para explorar, conocer y disfrutar del mundo, del universo que crearon y seguirán creando en sueños, mientras duermen, mientras fantasean.

Se les debe decir a cada uno que la imaginación es una bandada de aves que dejan una estela de planetas tras de sí y que cada planeta es un instante apenas, pero un instante es la eternidad que le podría tomar a un hombre conocer un planeta entero. Y que cada uno de ellos es la imaginación transportándose en un cuerpo, que por lo tanto deben cuidar su medio de transporte. El ser humano es la (única) posibilidad que tiene Dios de conocerse a sí mismo.

La mente es un árbol cuyas raíces se hunden en el centro del planeta. Cada mundo tiene una sola mente. Y la mente que organiza los movimientos de cada cuerpo en el planeta es sólo una célula de esa mente orgánica del mundo, que es su habitación. El espíritu tiene libre tránsito a través de la mente. La vanguardia son los brotes más frescos de la mente, los más lejanos del grueso tronco, los más frágiles y desesperados por alcanzar los más abrasivos rayos del sol.

Lo bello debe ser interesante, atractivo y cautivante. Lo bello es mutante, viviente, efímero por naturaleza. Bello es lo que es. La belleza es subjetiva, es un significante del cual uno se apropia para llenarlo con violencia cuando se lo utiliza para calificar algún objeto. Sin embargo la belleza es también un estado en el que el sujeto, o aquello innombrable que queda de él luego de su autodestruxión, contempla el mundo como a un espejo que refleja eso que es.
Bueno está bien, a esto último Kant lo llamó sublime, pero el broder de Jarabe de Palo lo llama bonito. Y, en esto de los conceptos, lo mejor es estar a la moda.
Fragmentos extraídos de: "Es más o menos octubre".
-Diez mil millones ochocientas cuarentaitrés almas mueren hoy ahogadas en los vacíos oceános del pop. En el mundo deben haber ciento veinticinco millones cincuentaidós mil quinientas quince personas parecidas a ti y por lo menos cientocuarentaitrés deben ser exactamente iguales.
-No, yo solo me parezco a mis ancestros y a los hijos de éstos, que son mis hermanos -responde la otra bestia, con un poco más de sincretismo cristiano-shintoísta.


sábado, 8 de diciembre de 2007

La emocionante vida violenta de la bilirrubina (estaba en más que una canción de Juan Luis Guerra)

Hoy este post se lo quiero dedicar a esa sustancia. Ojalá hasta el agua de manantial que embolsa San Mateo fuese alucinógena, pero como no, qué más queda. Solo aprender a controlar las glándulas de esta máquina y ordeñarlas hasta que todo funcione como es debido.

No sé en qué momento mi voz deja de ser mi voz, para ser la voz del teléfono, en qué momento dejé de moverme con las piernas y utilicé una bici, en qué momento los hombres dejaron de andar por ahí y se envolvieron en autos y aviones. En qué momento mis manos se convirtieron en taladro, martillo, serrucho. En qué momento mi memoria se convirtió en cassette, diskette, cd, aparatito de conexión USB para el que ni siquiera tengo una palabra que me haga sentir normal al escribirla; mi imaginación se convirtió en tele, radio, cine, ipod; mi retina en telescopio. Los ejemplos son infinitos Habito la tecnología que he creado. Es verdad que todos somos cyborgs. ¿Qué queda de mí, acá abajo?

La hemo-oxigenasa degrada el grupo hemo en los macrófagos, abriendo el anillo tetrapirrólico en una molécula lineal, y dando como resultado hierro libre, y una cadena de 4 anillos pirrólicos, la que será el sustrato de formación de la bilirrubina.


Somos inmortales, aunque no nos entiendan o no quieran hacerlo.
Somos inmortales, porque este cuerpo es solo cenizas y uno está en todos lados.
Somos inmortales, porque somos uno como letra, como menos que eso incluso, aquí y allá, como burbuja en la espuma del mar o como grano de arena o como nube o célula o persona caminando en medio de la ciudad o en un auto yendo a comer helado o en un avión de vacaciones o en cualquier sitio. Inmortales como el reflejo de un espejo indestructible, inmortales como el polvo, como la escoba y como el suelo. Inmortales como cada una de sus letras desde la i hasta la s, inmortales como los cuerpos de las ballenas cazadas en Japón, inmortales como cientos de delfines que se suicidan de la noche a la mañana y nadie sabe por qué. Inmortales como el otoño y el invierno y la madera que crece y se pudre y mañana se va al fuego o como una nada amante discordiana que hoy está aquí y mañana allá. ¿Y quién va a recuperar el control total de su propia mente? ¿Quién va a hacerse uno con su subconciente para poder sumergirse en las oscuras aguas del inconciente con una vela encendida que la nada jamás logrará apagar?

Las percepciones son la superficie del lago del mundo. Puedes ver en ella el agua o el reflejo del cielo de la mente. Hay un libro que se llama El secreto, lo he chekado y dice lo mismo. Lo están pirateando así que un montón de gente lo leerá. Y un montón de gente comenzará a vivir dentro de su propio cerebro. No tengo idea de qué va a suceder, pero los cuerpos caídos en combate se están levantando para explorar el nuevo mundo.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Cuánto cuesta existir?

Este es el mundo. Esto es la naturaleza. Dentro de la naturaleza hay seres humanos, así como hay moscas y dálmatas. Los monos también costruyen herramientas. Algún día los elefantes también harán bombas atómicas y sentirán la soledad de los centros comerciales y de los grandes espacios llenos de vacío. Tal vez ya lo sientan. Las plantas carnívoras levantarán campos de concentración y se meterán adentro.
Así que eso fue lo mejor que pudimos hacer. Soy una humanidad despreciable. Todos deberían serlo. No puedo esperar a quitarle el precio a cada miembro del cognitariado. El ladrón de almas, el hombre libre del mundo va a entrar y se va a llevar a quienes quieran salir de la esfera de ventas, marketing y new age. Ahora que se ha firmado el TLC, a qué nueva locura nos conducirá el tren de la modernidad. ¿Cómo será el proceso de modernización en esta provincia de Estados Unidos?

-¿Y tú qué haces?
-Existo, luego sigo los guiños. No pienso.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Ponle untitled de Interpol o shine on you diamante lokibambio de Black Floyd

Ayer estoy más confundido que mañana.
Una risa no me para de
Hay algo que estoy olvidando, que te quería decir
No

Fnord
Mu
No, eso tampoco.

Ah, sí. Comprar medio kilo de huevos.
Mi hermana quiere usar, no sé cuántos, para hacerse una mascarilla.
Yo le recomendé que espere un nuevo halloween.

Ha comenzado el verano y hace calor.
En un libro de Terry Eagleton había un poema posmoderno que no entendí.
Tampoco recuerdo si el libro era de Eagleton, creo que era de Terry Jameson.

¿Qué es perder la razón?
¿Hay algo que perder?
¿Realmente se pierde algo, cuando se pierde la razón?
¿Qué has ganado, crazy diamond? Dime qué has ganado hoy.
Cuando eres un fantasma y te da hambre, también vas a los kioskos a comprar cuates.

¿Has encontrado la mierda que buscabas?
¿Qué y dónde estaba?
¿O sigues esperando tu premio, tu viernes, tu verano, tu vástago, el retorno de tu vaca sagrada?
Oi! Konchatumadre repsonde, trapisonda, te amo un rekulo más de lo que cres. Arriba, abajo, gente en todos lados. Ayer estaba hablando con la cerradura de la puerta y me dijo que se sentía muy manoseado, que no sea homosexual y deje la puerta abierta. Me llegó al wevo y prendí la radio. Después me metí debajo de la cama a ler con una lámpara porque la luz del sol, me causa indigestión. Después, salí en busca de mi propio subconsciente con mi hermana y tomamos fotos.

¿Qué planes? Un dictador venezolano que no sé qué quiere sale en la tele un montón de horas. He visto los carteles, pero sobre todo a las chicas que están detrás de los carteles. Igual no quiero ir a ningún lado.

Podría pasarme el verano entero durmiendo o viendo bleach. Pero he decidido hacer ejercicios y vender mis músculos a los exigentes paladares de Arabia. Snordf. Pinky era el ratón maravilla, el ratón de la confusión, el ratón del futuro. El ratón que todavía quiero volver a ser cuando sea grande, es decir pasado mañana cuando los elefantes aterricen a salvo en el desierto de Gobi. Nicolás se quitaba temprano a su jato a ver Dragon ball, pero Bleach… Bleach está realmente de puta madre.

Me estoy volviendo irremediablemente verde con lanzallamas. Llegaré al pueblo y prenderé la hojarasca que se meterá en tu ventana. El espacio entre píxel y píxel de tu pantalla. El sonido que hace el parlante izquierdo cuando le subes todo el volumen y ya has apagado el cPU. Hoy no te bañes, busca en lo más profundo de tu glándula pineal el motivo por el cual estás acá tirado vagabundeando, como yo. ¿Hay motivos para hacerlo? Vamos, dime qué vas a hacer hoy después de bañarte, ¿hay motivos para hacerlo?

Date cuenta, la arrechura mueve al mundo. Ponte tetas.
Creo que voy a ir a la jato de este border que tiene una colección de porno, si no fuese porque vive cerca y quiero mover un poco las piernas en la bici no saldría de casa. Gracias por pensar en todos nosotros bestia Interneticia, alabada seas.

Dios existe, hoy me lo encontré en el supermercado. Y mientras comprábamos le pedía prestada una luka que no me quiso dar. Igual lo quiero y le jugué mi camiseta. Al final se transformó en un montón de latas de atún y una fruta que era mitad mango y mitad palta. ¿Puta madre, Miguel’s Band es punk o ké? Cuando vas al colegio te dicen: defínete oe, sonso. Pero ya lo hicieron ellos, a uno solo le queda preguntarse. ¿Para qué?
Nuevamente yo, verificando la existencia del legendario mango-palta.

Sonso, tu vieja.

Una vez una chica se quedó con las ramitas y dijo: para prepararle un tecito a mi viejita. Y yo le quise preguntar: qué, tu vieja también le entra a la weaita, pero ella dijo de inmediato que, como es bueno para los nervios, antes de dormir le llevaba una taza a su viejita diciéndole que era té. Para más detalle era la amiga de la charapita caliente.

Sí, lo puse porque el nombrecito me gusta. Ojalá en mi próxima vida sea la charapita caliente. Se nota que sabe divertirse y camina como robotito.

Ah ya me acordé, estoy esperando a que tu cerebro agarre viada para comenzar a publicar la teoría dura acerca de la atmósfera lunar. ¿Qué estás esperando? ¿Aparécete, basura? Solo falta que recojas los pedazos que has dejado tirados en los años, recompongas a Frankenstein para que salga a pasear y a tragar cerebros, pero guarde ahí que aparezca volando Jena Jameson con Brad Pit y sus hijos del Congo a impedir que lleves a cabo tu noble misión. Pero no importa están bien lejos recolectando firmas en el Tibetan freeedom concert y saliendo en la tele a la hora de almuerzo. Laura Huarcayo, etc.

Estoy encerrado en este sitio y soy feliz. Everybody loves a Shady Lane. En el 97 estaba en segundo de secundaria, encerrado en la biblioteca seguramente. O jugando pichanga en el patio de recreo. No, desde sexto que no volvi a jugar. Eramos dos equipos de tres puntas cada uno y durante toda la primaria, todos los recreos jugábamos a un lado del patio. 3 contra 3. Nadie más y a veces jugábamos con el resto, cuando ninguno llevaba una pelota o habíamos perdido todas las que teníamos que solían ser de trapo envuelto en una panty o de papel cubierto de maskinteip del cajón de la profe que se pasaba todo el día floreando acerca de un montón de cosas que no recuerdo y que en su momento tampoco. Sí, así es: interesarse en algo es simplemente recordarlo. ¿Lo recuerdas? ¿Me recuerdas? A ver, quién soy. ¿Te acuerdas de mí? ¿Cómo me llamabas? ¿Todavía soy algo? ¿Te queda algún recuerdo de mí?
Olvídame que...

Olvídalo. Deja que Northrop Frytop y si mitocrítica te atrapé como a mí, un verano mientras compras una raspadilla de rojo y naranja para tener una diarrea que te haga olvidarte de todo lo demás y te concentres en esto que es realmente serio acerca del tercer ojo novecientos once en casos de emergencia. El punto despeinado que observa las aguas calmas hasta antes de escupir el marrón regalo navideño. Olvídame. I will surprise you sometimes. I’ll come around when you’re down.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Feliz 25 de diciembre

Capítulo 1

Abre los ojos apenas despierta. No ve nada, todo sigue oscuro. El wevón de Eraserhead… cómo se llama… bueno la cosa es que le duele la cabeza. Cierra los ojos y siente que se va a otro de sus tiempos, imagina que a uno que aún no le ha llegado, aunque también podría ser uno que ha olvidado mientras dormía.

Despierta con náuseas. No sabe si salir de la cama o seguir durmiendo. Un sentimiento de derrota lo ronda cuando finalmente se decide a tener el primer pensamiento del día: “haga lo que haga, voy a volver aquí”. Así que se despereza y no vuelve a recordar ninguna otra película, ni emergen a su conciencia escenas encontradas en libros para poder darle un sentido a lo que hace. ¿Qué haces?, se pregunta. No se responde, pero en el fondo desearía imprecarle a su mente un cállate rotundo y definitivo. Llega al baño, por costumbre más que por necesidad, y orina mirándose de costado en el espejo. Sigue igual, esperaba haber cambiado, no sé, ser una mujer, un perro, un tío gordo y trasnochado de 60 años.

Aparece una nariz inmensa y curva frente a dos ojos enanos que no quieren mirar lo que están viendo, sombreados con ojeras que le recuerdan, que así tuviese que ir a trabajar, debería volver a la cama hasta hacerlas desaparecer. Cree que es domingo, no se escuchan ruidos.

Podría pasarse toda la mañana leyendo o viendo animes o haciendo ejercicios con una pesa de 10 kilos que hay debajo de su cama o escribiendo, o todo al mismo tiempo como suele hacer; pero sale al patio a recoger de los cordeles su toalla. Nuevamente en el baño, prende la radio, se moja la cara, se echa la espuma y se rasura. Hoy será otro día más echado al fuego del olvido.

Mientras, allá afuera, todos esos cuerpos sobreviven afanándose por cosas comunes, como comprar un auto, viajar a los Estados Unidos o probar nuevas drogas. Acá él sigue enjabonándose el cuerpo sin pensar en otra cosa que no sea el jabón y la piel que frota sin placer. Se seca y por un momento piensa que podría ser un genio, pero la idea se le vuelve a ir de la cabeza. ¿Un genio?... un bueno para nada, suspira. ¿Será cierto que ya estoy muerto?

–Si quieres ser escritor, lo único que tienes que hacer es escribir.
–Sí, pero ¿qué escribir?
–No sé, lo que quieras, lo que se te ocurra.

Escribiría sobre lo que quiero, pero no quiero nada. Me siento cansado de estar queriendo cosas como todo el mundo. Preferiría una historia sobre un tipo que se levanta una mañana y no hace nada hasta que le llega la hora de dormir de nuevo. Y no sé si se olvida de lo que soñó al despertar o si no sueña, pero que anda por ahí sin pretensiones, como deslizándose en un tobogán aceitado.

Sobre todo lo demás, no tengo nada qué decir.


Capítulo 2

Incluso mientras me limpio el culo me sorprende el vacío. Y el poco control que tengo sobre el universo y sobre las cosas del universo. Quiero dormir, pero también quiero tocar guitarra y quiero leer un libro. Ya habrá tiempo para todo. Lo único que puedo controlar es mi respiración y así todas las emociones que me distraen.
Me termino de limpiar el culo. ¡Qué felicidad!
Vuelvo a mi cuarto, toco guitarra, leo el libro, duermo. Sigue siendo hoy. No hago nada. Las cosas se hacen solas y observarlo me causa placer. El teléfono suena, no lo contesto.
Esto es lo que quiero hacer hoy.
Esto es todo lo que quiero ser hoy:
nada.

Todo lo que quiero ya lo tengo.
Todo lo demás, viene y va porque ya tengo todo lo que es en realidad importante.

El entrenamiento con pensamiento ilimitado le permite hacer lo que siempre consideró imposible hacer con su mente y cuerpo.

Despertar una mañana a correr descalzo sobre la arena fría.
Luego, nadar entre delfines amables hasta la tarde.
Finalmente, leer El neuromante hasta el anochecer
y cocinar sobre una fogata unos peces.
Dormir.

Keep it simple, stupid.

Un beso.

Capítulo 3

No entiendo. Despierto y voy a la compu y todo lo que quiera saber aparece en una ventana de internet. Si es sobre un autor pongo su apellido y si éste es muy común pongo también su nombre y de inmediato aparecen su biografía, sus libros, dónde estudió, dónde vivió, qué más hizo además de escribir. Ojalá salieran también sus obras y seguro en menos de 100 años será así.

A este Internet cada día le siguen creciendo más palabras y páginas como ramas y hojas a un árbol. Y puedo tardar un día entero leyendo acerca de ese tipo, que puede haber muerto hace cientos de años o puede estar tomando un café en un Starbucks en cualquier lugar del mundo como cualquier otro muerto.

Una hoja seca se desprende del árbol. Cae soplada por el viento, como bailando un vals hasta llegar al suelo.

Hablo por el msn con mis amigos que siempre están ocupados en otras cosas y que solo ven videos en el youtube o bajan música. Pero qué flojera leer un libro en la pantalla, dicen, cuando en realidad les da flojera leer sea en la pantalla o en hojas de papel.

Cuando estoy conectado, el tiempo puede transcurrir por horas o por días dependiendo de qué tan afanado me sienta, hasta que una sensación física me interrumpe, usualmente hambre o sueño. En el correo los lunes aguarda la programación cultural para la semana. Cada día hay 3 o 4 sitios en los que se puede perder el tiempo con algo interesante: películas en cine clubes, obras de teatro, conferencias, conciertos, exposiciones de fotografía, video arte, escultura, pinturas. Es divertido asistir a esos espectáculos habiendo llamado a alguien o quedado por el msn con quien encontrarme ahí. En el camino las calles están plagadas de rostros encubriendo historias, enormes pantallas de publicidad y graffiti en las paredes. Discursos lastimosos de gente que sube a la combi a vender golosinas o que se paran al frente de un salón de alumnos universitarios para dictar una clase. Y ya nada de eso me llama la atención.

Capítulo 4

Abro la refrigeradora, saco la mermelada y la leche.

Capítulo 5

Ella está parada frente a mí. Dejo caer la guitarra al suelo. Acelero todo lo que puedo, me duelen las piernas. Salto de la bicicleta y caigo al suelo al frente suyo. Apago la tele. Miro unos labios pintados con azul en la pared. Salgo a la calle. Ella ya no está. Estoy ebrio. Camino y un tío me pide que le invite agua. Se la doy y no me la quiere devolver. Saco el spray y pinto una pared. Las calles están llenas de cámaras y tipos en terno yendo o viniendo de su casa al trabajo o etcétera.

Asesinaron a varios en la carretera. Qué se puede esperar de un lunes. ¿Quién los mató? El mismo que está asesinando a la literatura y a todos nosotros de a pocos, el que nos pone la droga. El que trae a las argentinas a mostrar las tetas. El que escoge lo que debe sonar en las radios. El que les cambia el nombre a las películas de hollywood, que todo el mundo ve. Me odio.

Capítulo 6

Fui a un taller de microrrelato y el escritor que lo dictaba era un español que ha escrito muchos libros, pero del que nunca había oído. Me gustó la idea de que un taller es un sitio al que se viene a escribir. Sí, eso es lo que necesito, sentarme a escribir algo de una buena vez. Lo primero que hizo fue darle a cada uno, éramos más o menos veinte los asistentes al taller, un tema sobre el cual escribir 200 páginas. A alguien le toco escribir sobre la escena de una película, a otro sobre una canción, a otro sobre un cuerpo amado sin usar verbos, a otro sobre los últimos segundos de vida de alguien que ha sufrido un accidente de autos, a otro una composición de escritura automática. A mí me toco escribir sobre las sensaciones de alguien que está cayéndose desde una altura considerable. Esto fue lo que escribí:

Aterrizaje sin suelo o del sentimiento trágico de una caída

Debajo tengo un agujero muerto. Ya me acostumbré a estar deshabituado, a gritar sin motivos y a reír del miedo ajeno. Ayer mientras leía a Ionesco me di cuenta que estoy cayendo desde el vacío. Mañana Godot volverá calvo, montado en la cola del Ouróboro. Ya no fumo, solo obedezco órdenes y eso tengo que hacer. Un español gordito me ha dicho que caigo, y caigo, pero ya estaba cayendo. Desde antes de despertar, no recuerdo si hubo un salto o no. En todo caso, estoy siendo tragado. ¿Las serpientes sufren indigestión?
Yo creo que esto lo podemos escribir en 10, 15 minutos. ¿Qué más da? ¿Hay tiempo? No, no hay suelo. Algunos llevan casco, otros rezan por tener alas. Yo sigo cayendo porque sé que el mañana no existe. Es divertido, tenía ganas de escribir y oh sorpresa: tengo brazo izquierdo, dedos, un lapicero y una hoja en blanco. Sigo temblando, pero es el viento frío que entra por la ventana negra que tengo abajo. Si pudiese decir qué significa el vacío con 200 palabras tal vez llamaría la atención de Altazor, pero para qué si estamos cayendo en direcciones distintas.
Todos le temen al suelo que no aparece nunca. No sé porqué. Ya he pasado tantas veces por este mismo sitio que no me sorprende que siga cayendo y, conmigo, todo a mi alrededor. Cada gesto, cada rostro, cada cuerpo, cada grupo es tan efímero. Hoy las partículas están juntas, mañana se deshacen como un meteorito penetrando una atmósfera. Lo importante es el planeta, pero más importante que el planeta es el agujero negro que nos está tragando a todos desde siempre.

Existo y no soy muerte.
Nada que temer.
Los perros ladran, Sancho.

Final para los amantes de los desenlaces: un día de agosto de 1984 un cuerpo cayó contra la tierra y murió.

Capítulo 7

Tal vez haya sido una coincidencia, pero mientras leía en voz alta lo que había escrito, una fría corriente de aire que venía de la ventana, que de vez en cuando golpeaba la espalda de Gonzalo Málaga, me hacía temblar.
Luego ya se dijo que habían buenos escritores en la sala. Yo no creo que existan buenos escritores. Solo hay espíritus a los que nada los puede parar en su viaje a la solitaria autodestruxión. Esta ciudad es un cementerio enorme, lleno de flores y animales silvestres.

sábado, 1 de diciembre de 2007

Me siento desganado y quiero jugar calabozos y dragones como antaño, ebrio con mis broders alrededor de una mesa

Ultima on line es un multi-user dungeon (MUD). Los MUD
son entornos de red en los que la gente se encuentra para
inventar juegos de rol, para vivir aventuras simuladas, para
combatir guerras o construir ciudades virtuales. Para inscribirse
en Ultima on line hay que pagar una suma para obtener
la contraseña que permita entrar en los espacios en los que
se desarrollan los diversos juegos.

Quien logra superar todas las pruebas de habilidad para
conquistar el oro puede ingresar en su cuenta corriente una
suma equivalente al valor de dicho oro. El oro que puedes
ganar o perder combatiendo por campos y colinas de la
legendaria Britania de los bardos y caballeros cotiza en Bolsa.

El artista está hoy naufragando en su propia mierda

Era mayo o junio y me tocaba exponer un libro sobre indigenismo de Antonio Cornejo Polar. Luego de resumir el libro, dije lo siguiente, que había escrito la noche anterior mientras preparaba el resumen. Sigo pensando que estar aburrido es incluso más divertido y que las clases universitarias de literatura son un lodazal que se presta para el embarre.

El artista está hoy naufragando en su propia mierda. Lleno de placer, sus excrementos junto al de tantos otros de los que decidió alimentarse se le quedan como residuos entre los dientes, que podemos ver cada vez que sonríe extático explorando algún nuevo cielo. Y dirán los pesimistas que esas risas son los últimos manotazos de un ahogado. Pero ellos no saben que él está llevándose cada vez más lejos los límites de la vida, cada vez que se sumerge en ese caviar. La creación, el sueño, la esperanza, el deseo de algo nuevo, distinto y mejor, abren brechas hacia algún destino, una posibilidad de supervivencia en un lugar donde poder seguir evadiéndose, gozando en este mar de miasmas en el que todos vivimos.
¿Qué puedes hacer en este instante? ¿Qué nos puedes dar que sea único e irreproducible, qué nos puedes vender, que no podamos comprar en cada esquina de la Javier Prado o en Wilson o Polvos Azules o que no podamos bajar por Internet y guardar en CD’s, dinos artista, qué es eso que nos vas a vender ahora? ¿Qué vas a hacer ahora?


Ahora voy a coger cada una de sus cabezas y hundiré cada nariz que encuentre en mi camino dentro de mi ano y expulsaré todo lo que haya comido hasta ese momento, con los gases, ruidos, olores y fluidos que pueda producir con cada órgano excretor de este cuerpo, esta mákina.
Una vez abandonada la mierda pueden hacer con ella lo que quieran pueden fotocopiarla, colgarla en el youtube, quemarla en discos y venderla a tres lucas, pueden reproducirla en enormes ecran blancos, pueden hablar de ella con todo el mundo y a todos contarles el final o, incluso intentar reproducir el movimiento orgánico con sofisticada exactitud en la exigente nariz de aquel que pida una repetición de esa expresión de lo inexpresable. Mi mierda, toda vez fuera de mí, deja de ser mía para ser patrimonio de la humanidad y del resto de idiotas que se quieran detener un rato en la existencia para olisquearla, manosearla y comprobar su textura y consistencia, toqueteándola con fruición. Aj, seres humanos, miasma de Dios, bendito aquel que ha descubierto su condición de inmunda caca, cuya fetidez llena de fertilidad y vida los campos, bendito el que ha perdido el asco y fluye cagándola entre los escombros.
Si antes a los hombres se les enseñaba a no cagarla a través de largos años de intentos y frustraciones, hoy las escuelas deben enseñarles a los chicos a cagar. A perder el miedo, vamos, y comenzar ya desde pequeños a cagarla, a arruinarlo todo, a hacer cualquier cosa, pero pronto, ya, sin esperar a que el water y todo un largo y complicado sistema de tuberías y desagüe se les forme debajo del culo para recién cagar. Los esfínteres anales no pueden seguir soportando más esta represión impuesta por “no sé cuál fantasma”, de cual ya he disertado bastante en conversaciones que francamente no puedo recordar (ni donde ni cuando ni con quién fueron, ni siquiera incluso si efectivamente llegaron a darse o, como acostumbro, solo las imaginé).
Porque bonita forma de empezar a cagarla es drogándote, claro. Primero cágate el cerebro. Es decir, simplemente destrúyelo, hazlo mierda, quémate. Luego moldéalo, dale la forma que quieras y excrétalo, como los niños pequeños deja que esa fruición te haga sonreír como a una “tortuga beatífica”. Estás acá para embarrarla, para dejar tus huellas. Aunque no quieras, serás una mimesis de estos tiempos en los que todo está cagado y por ello será valioso. Pero eso sí, ten cuidado con lo que comas, lo que no te mata solo es parte del entrenamiento.


-¿Entrenamiento? ¿qué y para qué ah?
-Mmm… no, para nada.
-¿Para qué, pues?
-Para nada o, bueno, si insistes lo sabrás algún día, pero ahora no lo vas a entender, mejor olvídalo. Ten cuidado con lo que comas, la mierda mientras más quemada sea, mejor y más valiosa es. El arte de hoy es puro caviar, es la mierda que se comen los paladares más exigentes, los de los hijos de putas que tienen la visa más exclusiva para esconderse en autos de lunas polarizadas. ¿Qué diferencia a las élites del resto de escoria? ¿El color en la etiqueta de su güiski, el equipo de sonido y la marca de sus autos, la localización de sus residencias dentro del cotexto urbano? Pues no, absolutamente nada hace la diferencia.


Lo único que se diferencia de la mierda humana es, paradójicamente, una de sus más recientes cagadas: la máquina. Y esta diferencia radica en que la máquina no (la) caga.