lunes, 24 de julio de 2006

El calzoncillo interior

A José Watanabe

Estaba yo
lavando los platos con agua fría
y con la panza repleta
mirando el mundial
después del almuerzo,
cuando mi padre se me acercó
y me dijo:

Hace unos días
he comprado unos pantalones
para hacer deporte.
y hoy en el gimnasio
me he dado cuenta
que me quedan chicos,
que
el calzoncillo interior
me quedaba muy apretado.

Tú crees que
si lo lavo
me lo querrán aceptar
en la tienda.

¿Qué para cambiarlo,
dices?

Claro.

No sé. Ya va a empezar el segundo tiempo.

sábado, 22 de julio de 2006

El pensamiento crítico: ¿el Perú a favor o en contra?

A pesar que no tengo las 70 lukas que le cuesta a un peruano su asistencia al II CONGRESO IBEROAMERICANO DE PENSAMIENTO CRÍTICO. Debo decir que la parte de mi cerebro que quiere desembrutecerse y ser libre, como las palomas que vuelan en cielos límpidos, se siente bastante orgullosa de que un congreso de esta naturaleza se lleve a cabo en el Perú. Sobre todo cuando estos temas parecen estar dominados solo por españoles, argentinos y mexicanos en los blogs.
Pero el lado bruto de mi cerebro no puede ocultar una tristeza furiosa. ¡Quiero que el Perú siga siendo un territorio oscuro e insondable y lleno de misterios que hagan impredecible el día a día y nos tenga sumergidos en un caos inefable del cual las drogas evasivas sean nuestra única salida, eso o la televisión por cable y las pichanguitas! ¡Qué el Perú sea zona salvaje y a la mierda, violencia, caos, destruxión, muerte, terrorismo, vanguardismo, estupidez, absurdo; mantengan el poder de nuestra nación! ¡Qué viva el reino de la oscuridad, del cual este país nunca va a escapar muuuuuajajajajajajajajaaaaaa!

día de sol
la ola empata la arena
desaparece la huella

jueves, 20 de julio de 2006

Las aventuras del hombre neurotransmisor presenta: EL PARQUE

Thom York se pone leeeento. Yo me pongo leeeeeentttttooooo. Mi computadora se pone leeeeennnnnttttttttttaaaaaaaaaaaaaaa. Como cuando ya no hay nada nuevo qué hacer, andas cansado incluso para abrir el refrigerador, nada bueno hay en la tele, todos han salido al supermercado, tus vecinos se fueron de viaje, está oscureciendo y nadie te ha pasado la voz.

Salí a fumar un cigarro al parque. Y en el parque además de temblar en mis sayonaras y short, observé que todos sacan a sus perros en una especie de caminata apresurada en la que el perro de rato en rato quiere correr, le mira la cara al dueño, muerde por ahí una planta, ladra, pero trotando a la misma velocidad que el humanos que se ejercita para estar saludable o tonificar los muslos o delinear la figura o segregar hormonas de la felicidad al cerebro. Una potona lo tenía sin correa, entonces pasó y mordió mi zapato. Pero y también dos señoras caminaban como aquellos que han interiorizado tanto el mundo que no saben nada y son completamente sabios debido a eso. Y sus perros se miraron. Pero ellas, las dos viejas digo, seguían perdidas cada una en su propio carruaje tirado por caballos de arena blanca, inmóviles. Así que los perros se olfateaban el ano, casi sueltos, pekineses chuscos y viejos con los ojos estrábicos y la lengua colgante entre los dientitos chuecos . Y yo me regocijaba en la contemplación de tal maravilla. La noche, la luna, el amor y de nuevo el perro de la culona que quería jugar conmigo.

"Ésta es mi oportunidad de conocerla", me dije. "Coni, Coni, Coni, deja de molestar al señor, ven, vamos a la casa ya". Entonces cogí al labrador tetudo de los mofletes y me tiré al suelo para que me mordiera, el cigarro se escurrió de entre mis dedos, mientras largos hilos de baba se plastificaban como lagunillas en mi ropa impregnándola de olor a chizito y pasto seco se adhería a mi pelo y al del perro. No, no te vayas. Le quise quitar el collar al perro y ponérmelo e ir corriendo, jugando con una botella de plástico entre los mandíbulas y tirarme en sus piernas hasta destrozarle el pantalón del buzo que le apretujaba las piernas. Pero solté sin entender cuando ella me golpeó con la cadena y comenzó a gritar.

Saliendo del parque miré una babosa desintestinada que retozaba alegre y aplastada por una bota en la vereda. ¡Mira, qué bien! este insecto ahora sabe qué se siente ser yo. ¡Toma, jaja gózalo! Prendí otro cigarro, no me imagino el momento en que abra la puerta del refrigerador y saque la leche y coma las galletas una por una. Ya quiero tocar mi guitarra y hacer un montonón de bulla. Ya quiero que amanezca de nuevo y se me pase todo para volver a irme de viaje: porque estoy de vacaciones. Soy feliz, mi cuerpo está completamente irrigado de dopamina.

lunes, 17 de julio de 2006

Plegaria a mi Estado

Gracias por ser tan oscura e invisible, que no pueda saber ni siquiera si existes. Gracias por darme la posibilidad de creer en ti simplemente porque quiero, por darme la posibilidad de inventarte. Gracias por darme la posibilidad de amar a aquello que no hizo nada por ganarse mi amor. Gracias.

Gracias por ser el Estado invisible. Que si algún día apareces frente a mí te escupiré y trataré de hacerme libre. No te creeré, vacuidad. Vacío amor. Universo que estás ahí, pero no sé dónde, ni sé con claridad qué eres. Te amo, te amo, te amo. Te amo doce, trece veces doce.

Este instante no existe, pero lo es todo. Este instante es cualquier instante.
Este cuerpo no existe, pero lo es todo. Este cuerpo es cualquier cuerpo.
Esta voz no existe, pero lo es todo. Esta voz es cualquier voz.
Ya no existo. Ya soy todo. Ya soy cualquier yo, cualquiera que pueda decir: yo…

Cuando te amo es cuando brillo y me hago invisible y vuelo y me voy. Cuando te amo es cuando el aire se me mete en todo el cuerpo, en cada célula, en cada átomo y me llena de un extraño goce. Cuando te amo es cuando mis ojos se hinchan y se cierran solos con una sonrisa a la que ya no le importa su destino, sino solo estar ahí sonriendo sin saberlo. Cuando te amo es cuando cruzo todas las puertas sin miedo, porque de alguna forma voy de tu mano o en tu mano o con tu mano y todo es hermoso, incluso el infierno y el dolor. Cuando te amo es cuando tu mano es mi sonrisa y somos eternos como los atardeceres o los amaneceres o los anocheceres o los albores e inmensos como los mares o los desiertos o las montañas o los cielos. Cuando te amo es cuando estoy en la vanguardia y me siento como un hada, un duende una sonrisa que se está desapareciendo en el aire y tengo litros de adrenalina bajo control en las venas.