sábado, 3 de junio de 2006

Aviso a la comunidad 0002

Hola, somos una nación que se llama Perú
y mañana nos vamos a suicidar.
¿No te parece fantástico?

O Humala gana y ¡yaaa!, nos jodemos de frente con toda la mierda de ese cachaco que con las justas articula ideas de otros en un castellano astalaswevas con intención de no demostrar su total e intrépida estupidez.

O gana Alán y además de tener que soportar a un
pilluelo gigantón
mentiroso y ladrón
tendremos que awantar a la otra mierda del Humala jodiendo. Solo porque quiere su porción de la historia... no, del botín. Acompañado de sus camaradas estelares los gorilas fascistas de Chávez y ese wevón de Bolivia, nos van a tener bombardeados y con los nervios crispados hasta que logren su cometido.

Hay gente que quiere votar por Alán para tener estos ¿tres? ¿seis? ¿meses?, ¿semanas?, ¿días? de tranquila y lánguida cotidianeidad que nos deja Toledo, el mejor presidente que tuvo el país que nunca debió tener presidentes ni nada de esa porquería organizada para el robo y la muerte progresiva y sistemática de órganos nerviosos (llámense neuronas, científicos, artístas, místicos y todo ser capacitado para el viaje, el vuelo hipercósmico).

Vivo en el Perú, el país de la oscuridad. Humala, García, Toledo, toda esa basura está por terminarse. Voy a votar viciado, me da francamente igual quien salga presidente. Odio a los dos candidatos. Desearía que alguna ONG u organización criminal con wevos nos salve de este destino trágico y les dé muerte, como mataron a Jhon Lennon o Kennedy o a toda la gente que se muere de balazos planeados por cientos de mentes intercomunicadas en la oscuridad.

También quiero dar mi invisible apoyo a los linchamientos populares en el interior, a las protestas de universitarios en Chile y en Lima (por el pasaje universitario de a china) y a quienes estén detrás de los actos de vandalismo en París, a los niños que nacen con tres brazos y otras malformaciones. A todos ellos les agradezco las ganas de explorar y de llevar todo a sus límites. Por mantenerse fieles a las fuerzas del caos y por llevar a cabo la última de las revoluciones: la revolución de lo cotidiano.

Salga quien salga presidente mañana, me llega al pincho.
Seguiremos en la lucha.
Hasta el final.
Ayer me fui a la mierda y estuve hablando con un policía al que le dí lástima.
Y no sabía qué hacer en todo el día hasta que vi una película que se llamaba: "Los feos, sucios y malos".
Amén