¿Cómo licúas un cadáver para volver a matarlo?
¿Cómo afilar una espada con forma de árbol del tamaño de una ciudad hecha de electricidad?
¿Dónde se perdió aquel que podía entender lo que pasó y explicarlo, cuando el trueno restalló en las campanas?
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
1 comentario:
vuelve!!!
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