miércoles, 30 de agosto de 2006

Fragmento

En un sticker en la combi dice: “sólo Cristo puede sacarte de las drogas”. Hiciste clic para leerlo. Ahora que escribo un libro y lo pongo todo linealmente, soy un autor. Soy el único y total autor de este libro (aunque no sepa quién o quiénes son los dueños de las ideas vertidas en él. Presumo que son los extraterrestres, los que lo controlan todo, el orden social, económico, jurídico, político, los que lo tienen todo en orden y bajo control. Ellos ponen estas ideas en mi cabeza y me hacen escribir).

Me quito la chompa y vuelvo a sentir el mismo calor triste y seco de los rayos musculosos del sol sobre mis brazos paliduchos.

Un chico rubio vestido de rojo, una baraja de naipes en la mano, con síndrome de down y una mujer con falda hasta las botas, que me quiero tirar, jalándolo de la otra mano para cruzar la pista, como queriéndoselo llevar a alguna cama, como queriendo envolverlo en sábanas y sudor y hacerle olvidar el cinco de espadas.

Mamá, quiero vivir en un castillo y soñar a todo color. Tan solo una vez más. Sólo una vez más, mamá.

Tu terapia es escribir. Luego vas a guardarlo y mañana lo vas a leer y vas a observar los cambios en ti y en el mundo, el cielo, las cosas, tu habitación. Deposita tus preocupaciones en la hoja y olvídalas. Escucha Deerhoof.

¡Dios, auxilio! tengo otro yo que me para cagando y lo peor es que creo que es más de uno. No, lo peor es que creo que soy yo, todos ellos. ¡Dios, auxilio! Sálvame de mí mismo, que me estoy volviendo loco. –Sí, escrito suena más bonito y más gracioso que cuando no lo escribes y solo piensas obsesivamente en ello–. Me estoy volviendo loco. Me estoy volviendo loco. Me estoy volviendo loco. Cuando no escribo soy un obsesivo de mierda y sólo pienso en dos o cuatro cosas. Si no hubiese escrito en todo el día solo hubiese pensado un par de cosas y nada más: en que te amo y en que me estoy volviendo loco. Felizmente lo escribí y puedo pensar en muchas otras cosas más.
–Sí, escribir como que me desidiotiza.
–Así es, no veo mucha tele, pero escribo y leo.
–¿Y qué, quieres que te felicite? ¿qué te aplauda, qué te reviente cuetes, te levante una estatua con tu cacharro de idiota en el parque que diga abajo, este tío leyó en vida?
–Así es. –Me saco la lengua.

“Pero el poeta que busca lo desconocido para expresarlo en lenguaje anormal, estará solo y será objeto de burlas y de desprecio”. FRIEDRICH, Hugo. La estructura de la lírica moderna. Barcelona, Seix Barral, 1974. Justo como el albatros de bodeler.

Hoy ya nadie se está solo, todo el mundo está en una habitación oscura oliendo la mierda del otro. Lo único que le pido al Sr. Internet es un poco más de higiene. Lo desconocido ya no existe, pero todo se ha vuelto falso y mi nariz, hipersensible.

Me gusta tu blanda papada,
ese seno pequeño y desinhibido
que cuelga bajo tu labio azul y seductor
sombra que gotea de tus ojos cuando no ven nada.
Le quiero dar dos mordiscos,
tersa manzana,
jugo del que cada día vuelvo a nacer.

Las habitaciones y camas y gente desnuda; los museos oscuros, el humo de los cigarros y los sobretodos grises; las calles apagadas y sus silentes postes de luz ceñidos con brazos de jebe, con pájaros del cénit y mierda obediente a la gravedad, la biblioteca y sus chicas de miradas tontas por encima de sus anteojos, sus piernas en mi cuello, todo parecía tan lleno de vida, fantasmas y animales invisibles. Hoy vuelvo a recorrer los mismos muros, las mismas pistas y pasajes garuados y lo entiendo todo, como cuando miro por un microscopio las lentas células de una cebolla y veo los viajes de las rojas en la sangre, el mundo se vuelve vena, hiperautopista, megacarretera. Las partículas se convierten, por arte de magia, en partícula viva y única y sueño sin sentido, belleza pura/puta luz.

miércoles, 23 de agosto de 2006

Cuando estés tranquilo

Si estás tirado en el suelo
porque ahí estás más cómodo
no te levantes para saludar.

Si estás perdido y no sabes nada
no trates de encontrar sentidos
ni caminos
ni motivos.
Disfruta el puto instante y deshazlo
grita chilla baila retuércete salta salta y golpea los cuerpos que te rodean explota y huye explota y fuga explota y no dejes nada atrás odia el después olvida y esfúmate hazte ligero como una anguila eléctrica y destrúyelo todo sé un niño rojo que quiere ir a la luna llora como cuando querías algo de verdad y nada te importaba sino solo lo que querías en ese instante y nada te importaba y eras sincero y puro destruye toda esa mierda que te oprime.
Hasta que te quedes con nada
ni cómo para caminar, ni como para tener los ojos abiertos.

Quédate
con
nada.

Y cuando te sientas así
totalmente total
y ya solo un temblor ligero transite tu cuerpo inconciente
deja de leer
deja de leer,
soldado del ejército invisible.

lunes, 21 de agosto de 2006

Desadormecer

Para estar ahí tienes que desadormecerte. Tienes que salir un poco. Meterte en otras esferas. Vas y solo hablas, como cuando estás drogado o borracho o muy feliz y nada te importa tanto. Vas y les dices todo lo que tienes que decir.

Desadormecerte es como cuando tiras los íconos religiosos al suelo y buscas a Dios en lo inmediato. O como cuando te cansaste de escucharla hablar y te la agarras. Como cuando te llega al pincho el msn y sales a conversar en los parques y compras cigarros para caminar por ahí, porque lo desconocido no te da miedo. Y te pones duro y sonríes y te sientes helado, pero sabes que tienes algo al frente como un mar, un lugar nuevo donde meterte, alguien nuevo que va a decir algo que nunca imaginaste que escucharías, un hueco más oscuro y con un olor diferente, una sensación que te hará olvidar todo.

También es cuando no puedes estar tranquilo y tienes que sentarte y volverte a parar porque nada te puede poner estático. Entonces abres la boca y dices incoherencias y no te importa. Estar desadormecido es cuando todo el mundo se ríe de ti, pero tú ya te has reído bastante, demasiado, de todos ellos, que no saben lo que es estar despierto de verdad.

Pero lo increíble pasa cuando estás despierto de verdad y te encuentras con más gente que está despierta. Es como encontrar una aguja en un pajar. Se siente como cuando tienes un orgasmo con la chica que no te atrevías ni a mirar porque preferías soñar con ella. El futuro no existe. El futuro no existe. El futuro no existe, nunca.

viernes, 18 de agosto de 2006

No te sorprendas, yo también lo haría

Si pudiese llenar de mierda todos los papeles en los que escribo y luego guardarlos en la mochila e ir a clases,
lo haría.
Si pudiese traer a un ser gigantesco indestructible y brutal de otra galaxia con un antiguo ritual chamánico olvidado en un continente sumergido,
lo traería.
Si pudiese llenar de gas hilarante las calles del centro de Lima, los cuarteles, los ministerios y los palacios desde donde los gobernantes se sientan a vagar vestidos de gala y, apretando un botón, destruir todas las grandes urbes del mundo con radioactividad, fuego y semen
lo haría lo haría lo haría
(para tener algo que hacer) (porque es divertido) (tan solo por la pasión).



viernes, 11 de agosto de 2006

La soledad y la indiferencia

Sólo he leído los primeros párrafos de este artículo (esa artículo ya no existe pero dejo éste que más o menos va por la misma senda). Y pienso lo mismo. Cada vez nos fragmentan más y más. Cada vez es más difícil ser un humano común, dentro de una comunidad.
Cada vez es más difícil acercarse a otros, porque diferencias abismales e irreconciliables nos alejan. Los únicos puentes que nos podríamos tender están hechos de palabras y se llaman diálogo. Pero, al parecer en las calles, nadie quiere oírle nada a nadie, ni siquiera expresar una ficción, mucho menos alguna verdad sincera. Sino que todos andan temerosos de un lado a otro viendo en esos ojos a un posible terrorista y en los edificios un montón de piedras que pueden salir volando de un momento a otro para clavarse en sus cabezas. Les hacen pensar que todo es peligroso, salir a la calle, hablar con extraños, caminar de noche, consumir drogas, hacer el ridículo, lanzarse a realizar sus sueños. El miedo atormenta las calles de las superpoblaciones, como jaulas en las que encierra a sus hijos más queridos. A esos que habían nacido para engrandecerla, para florecer o simplemente para estar ahí, gozando.
La ciudad podría ser el cielo, pero sus células están demasiado enfermas como para sentirlo así.
¡Es una lástima, por eso debemos destruir/quemar!



miércoles, 2 de agosto de 2006

¡NO A LOS AUTOS, KARAJO!

Es necesario que exista en el Perú una organización que promueva el uso de medios de transporte alternativos como la bicicleta o LAS PIERNAS que todavía no nos tienen que amputar por exceso de grasa.

Salgo a las calles, corro. Y me meto en calles sin detenerme. Voy pensando en las ganas que tengo de tener una bazooka, granadas, un bombardero, un tanque, algo con que destruir todas estas avenidas apestosas, llenas de GENTE. Una vieja me mira y se asusta y se abraza de su cartera y las ganas que tengo de tener un sable, una katana, un mazo con estrella, una botella rota; crecen porque quiero clavársela en la cara y seguir corriendo. Sigo corriendo. ¿Por qué ir por la vereda? Cuando tengo las pistas para correr como un desquiciado, en las que me puedo quitar la ropa si me da la gana. No me da la gana. Es invierno y hace frío. Pero de todas formas, por ratos me detengo a ver a la GENTE que está metida en los autos y golpeo sus ventanas. Se asustan de nuevo. Una mujer hermosa dentro de un carro es más hermosa por el simple hecho de parecer un pájaro de exhibición, un ave rara al que dan ganas de tirar guijarros o soplarle humo para ver como se muere de a pocos. Como nos MATAN de a pocos esos CARROS con su HUMO. La adrenalina me revienta en el cuerpo como un líquido rojo que burbujea como cola inglesa para que pueda seguir corriendo en el Centro entre toda esa basura. La próxima vez que venga lo voy a hacer con mascarilla o algo. O por La enferma Victoria llena de bolsas y putrefacción y GENTE en las calles. Porque una vez que empiezas a correr en un sitio de estos infestados de GENTE no puedes parar porque sientes que si te detienes te van a caer todos encima con sus miradas de mierda sedientas de explicaciones, miradas estúpidas, miradas criminales, adoloridas y asesinas, ojos de excremento de simio. Esto fue muy divertido. Luego de varias horas caigo en mi cama exhausto. La ropa mojada tirada en un rincón. Hoy he corrido.