lunes, 7 de diciembre de 2009

En algún lugar del mundo ese día recién está amaneciendo

Cada minuto es un nuevo día para comenzar a reír sin motivo,
¿no es fantástico? El sol sale por el este, luego se disuelve en el mar habiendo soltado su armonioso ritmo. Incluso el planeta más helado bailó en el fondo del salón, donde nadie lo estaba mirando y aún así la burocracia no descansa en Trántor. La vida en el sol sigue ardiendo de amor, los requisitos para viajar al centro del sistema son claros. La repetición es inevitable, la alteración absolutamente imposible. El ganador ha ganado la partida solitaria desde antes de jugarla, los aliados en su nombre siguen celebrando el triunfo. Las sombras de la derrota son islas hundiéndose en un tiempo que se niega a quebrarse y a aceptar su inexistencia, ¿no es fantástico? Es maravilloso, nada puede detener su verde expansión. Ciudades digeridas, mentes absorbidas, cuerpos reutilizados, repotenciados con prótesis. Principios que no acaban, caminatas, peregrinaciones al más allá, pestañeos, largas inhalaciones y exhalaciones con la cadencia de las olas, diseños y patrones, obediencia, filtros, radiador de nave nodriza, freezing thoughts about dead, un imperio del sol, Vaca Multicolor. Realese is peace. Así habían sido las cosas desde siempre, adivinarlo debió ser fácil, pero mantenerse en la fe de ello, qui?en lo hubiese dicho. NeoKozV dice que esto es también una pérdida de tiempo. Le digo que tiene razón, pero acaso alguna vez fue posible ganarlo-aprovecharlo y en qué, por qué y para qué? y además, qué tan blandos le han puesto los músculos la razón y qué cosas bellas ha hecho la razón en todo el largo tiempo? por sus frutos os adictaréis. Este tiempo invertido también ha sido hecho para ser lanzado a un viaje sin retorno, como cada alma y cada verbo hecho carne. Y sin embargo ya está aquí una vez más como el hijo pródigio, para salvarme del tedio con su cuento. Su mujer ya no lo quiere volver a ver. "Mírate, estás todo desprogramado", le dijo desde la ventana, esta vez ya no le tiró la llave. Tuvo que mirar el amanecer, como siempre lo había deseado: con frío y sin esperanzas, para darse cuenta que la realidad humana es un rompecabezas, entretenimiento de serpientes y que los hombres-serpiente hacen jazz entre nosotros, como el sol y como Trántor, es decir Roma, es decir lo que hay dentro de las murallas, los campos AT.
Cuando hablo de luz, no hablo de otra cosa que no sea de velocidad, tampoco como un Paul Virilio que la considera velocidad en la carrera armamentista. Mil veces no me refiero a la velocidad para crear un método para eliminar a los separados-de-mí-por-la-misma-frontera, ni siquiera velocidad para per-durar ni man-tener, sino para improvisar y permutar las invariables variaciones. Veo mi piyama, parece decir: "Tengo sueño, pero no quiero dormir, hay tanto por hacer y todavía ni siquiera he comenzado", un duchazo unheimlich donde pueda entrar el mundo entero con fría agua tibia hirviendo, huevos sancochados, puré de palta, café con leche, atún y cebolla con limón, pasta de dientes morada de jora. Estrábico, estrábico, desafuero sin sujeto que lo sienta entre los semáforos, marcha de las emociones puras sin nadie ya que las quiera experimentar, como bibliotecas que nadie visita ni siquiera por curiosidad, la más importante de todas las preocupaciones que han venido matando a los gatos.
-¿Total, de qué va, ah?
-No sé, mira mira ya va a amanecer.

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