o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
jueves, 17 de marzo de 2005
meta
Vivo en un pequeño universo infinito. En mundos distintos. Perdido y hallado. Este lugar es aburrido, y los otros mundos escapan de mi presencia, escapan... los atrapo y escapan. Pronto, en menos [tiempo] de lo que se cree, en mas tiempo de lo que desearía, hallaré la salida; un escape eterno, un retorno al mundo mas bello. Un mundo que no es este.
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