Pueden estar felices, hoy hice mi primer milagro

Ese día no había pasado gran cosa en el trabajo. Se hablaba del terremoto de ayer en todas partes. La gente solo se acuerda del mundo cuando éste les da por enterado que son solo unos tristes mortales hechos para la muerte y nada más. Espero que haya otro y haya más muertos para que finalmente los hombres piensen en Gaia y en todo el daño que le hacemos, no solo con la contaminación ambiental sino con la vibra que traemos todos los días, cada instante, a este mundo con nuestros deseos, aspiraciones, motivaciones, acciones, sentimientos. Tengan buenos deseos, no sé cómo decirlo, sean inocentes como niños de tres años, confíen en que todo va a estar bien, no tengan miedo, hagan cosas buenas, deseen cosas bellas, todo llegará, traigan algo bueno a este mundo, algo que haga que su paso por este mundo haya valido la pena, haya valido tanto, tanto.
Los amo a todos, pero sobre todo a ti que vas a leer todo lo que te escribí, porque no podía dejar de pensar en ti desde que me miraste ese día, esa noche.
Hace dos días que no fumo, ahora salgo de un día sacrificado de trabajo y voy a la tienda a comprar golosinas y comer. Mmm, comer, comer y joder, eso es todo lo que me gusta hacer, comer y joder. En el parque Kennedy me compré un turrón a una luka y se caían los pedazos hasta que me detuve en Hiraoka a coger el papelito como un pequeño cono y eché todas las migajas en mi boca. Los wachimanes se rieron. Más, más bajada, quiero, comer, comer bajada, meterme bajada astaporlaswevas, tragar más, jódanse, quiero comer, comer, ah, quiero, váyanse a la mierda, soy una bestia del espacio, necesito nutrientes. Llegué a una tienda. Mmm, me quedé viendo todas las envolturas de colores con asombro y me puse a saltar de felicidad. El momento ansiado había llegado. Escoger dulces para comer camino al paradero.

- ¿Señora, cuánto está la coca cola?
- 80, sin helar ta 70.
- ¿Y ésta?
- 1.40 helada.
- ¿Qué? Nostá un sol.
- Sí pe estaba, pero ahora está sol veinte y helada sol cuarenta está. Quién me va a pagar la luz. En Miraflores viene la luz a cobrarme ¿y de onde pago yo?
- Bueno señora, para que vea que en el mundo hay justicia divina le voy a llevar la coca cola para acompañar las papitas.

Compré unos doritos de luka. Gane millones, dice. Quiero ganar, dije. Muy cara la gaseosa. Bueno hoy no me ha pasado nada pensaba en la calle Suárez yendo al paradero, hasta que mi dedo tocó el plastiquito. A ver qué gané. Dinero, dinero, quiero dinero, dinero para joder, dinero para comer más. Jódanse. Mmm, unas papitas. Papitas comer, comer más, quiero papitas, quiero comer más papitas. Me eché todos los doritos adentro y busqué la tienda. No la encontré, pero seguí buscando de calle en calle. No puedo recordar dónde quedaba y ya me iba a rendir hasta que encontré el sitio de dónde había salido con doritos.
-Señora, he ganado. -Entré gritando.- Señora, mis papitas, salí con premio, ah, papitas, papitas quiero. Acá están, comer, quiero comer más, comer y joder, eso es lo que me gusta hacer. Comer y joder, comer y joder. Comer quiero.
- A ver, a ver, aver. ¿Cómo es eso?
- Acá dice señora: ha ganado, papitas 24 gr, acá dice, acá está tome, me llevo mis papitas. Me ha dado suerte voy a venir más seguido a comprar. 24 gr éstas son me voy señora chau.

Iba yo comiendo mis papitas feliz de la vida cuando dije: y si he ganado de nuevo. Y no pude contenerme. Se me cayeron unas papitas al suelo, pero vi, en efecto, que había vuelto a ganar otras papitas. Esta vez regresé corriendo.
- Señora, no lo va a creer: HE GANADO DE NUEVO. Deme más papitas. Más papitas deme. Quiero tragar, señora deme a mí, quiero, comer quiero.
- ¡Qué raro! Ahora en la tarde una señora me compró cuatro para sus hijos. Nada, ni uno le tocó. A ti ya te tocaron dos.
- Así es señora, soy una de las encarnaciones de Cristo en este mundo. Mi misión es hacer milagros… -la señora se rió, tal vez por primera vez en todo el año. Yo ya había entrado en su vida como un virus para joder, para joder y comer cerebros.- y comer y joder también. Todo, todo me gusta, pero sobre todo comer y quiero comer. Comer quiero, deme más papas, son mías. Pero bueno, para que vea que Dios existe voy a hacer otro milagro. Me volteé y miré al mostrador de bocaditos para hablarles a las bolsas de papitas.
-¡Queridas bolsitas de papitas saladitas! Ya no quiero ganar. Ya me harté ya. Ya no jodan, ya me cansaron. Si las sigo comiendo, voy a explotar. Ya no, ya no quiero, ya no me importan.
Luego miré a la señora, hice tanto escándalo que su esposo salió. Señor, prepárese, está usted a punto de presenciar un milagro. Cogí una bolsita nueva de 24 gr de papitas, señora, sople; se la puse en la cara a la señora que sopló llena de asombro y la abrí de un tirón, nuevamente papitas volaron por el cielo. Sigue intentando, decía esta vez la tirita que venía dentro de la bolsa.
Bueno señores, has ustedes presenciado un milagro. Soy el hombre que hablaba con las bolsas de papitas, entre otras cosas. Ahora sí, fue en ese momento que compré la coca cola. Tantas papas me dieron sed. Señora, le voy a llevar la de sol cuarenta, yo sé que los impuestos nos desangran. Yo trabajo por aquí, aquí voy a venir a comprar dulces más a menudo, me ha dado suerte. Adiós.

Texto extraído del doceavo cuaderno que estoy escribiendo, el "PIRATEEN ESTO, HIJOS DE PERRAS", con todo mi amor y cariño para ustedes, bastardos del infierno.