¿Qué más da?

Estaba a punto de decir que acababa de detonar la última fase del proceso global del glorioso Rekombinant interplanetario con un comentario que estuve pegando en cada blog al que entraba y en el que me mantenía aproximadamente 6 segundos, a veces menos. Lo suficiente para abrirlo, abrir comments, apretar ctrl + v y salir disparado a otro, cuando caí en un blog en el que encontré este video.



Llegan a un planeta. Les dicen: “somos Dios”, les enseñan a sembrar papas. Viven de eso. Hasta que los humanos se comienzan a matar. Entonces vuelven a la nave y a dormir. Hasta aterrizar en otro sitio donde los necesiten.

Jala la braga, acaricia los pelos rizados mientras se moja. La boca profundiza otros ámbitos de la naturaleza humana.

Like a doped finger buscando una página que tenga las respuestas.

–Ya no soy necesario aquí, no quiero seguir. Por favor manda tus naves o a un asesino redentor. ¿Por qué me olvidaron aquí? –lloraba un new emo.
–Puta, ya fue, loco, aprovecha el pánico más bien. –el breda se volvió a cubrir el rostro y se tiró contra la turba azul, como si fuese un pogo de seres uniformados. A sacarse la mierda entre los robots que no dejaban de gritar: alto, deténgase, pe-li-gro pe-li-gro.

Nada 2: Necesito dormir.

El manifiesto anarkowanker aparecerá a su debido tiempo, supongo, como todo.

Mis trucos de magia son los más hardcore. Juego con fantasmas, extraterrestres, soñadores despiertos, robozombies y apostadores en general. Seres con vida, con posibilidad de perderla (de una u otra especie). Seres de otras dimensiones, imitadores e incomprensibles Nº4 también valen. Básicamente cualquier cosa, todo tiene el mismo fin.

Live fast, die young Nº 56.

Sigo a la espera de que alguien me adopte. No sé, Saga o Ripley o Coca Cola o aunque sea el broda de fotocopiadoras Minolta.

No sé para qué hago esto, imagino que ya muchos de ustedes deben haber visto las animaciones de Don Hertzfeldt antes. Supongo que lo hago para los que no imagino, para los que no imaginan que no los puedo imaginar.