lunes, 22 de junio de 2009

Arabia 2

Quería escribir el título de algo a ver si así me inspiraba. Una ventana abierta o casi abierta, en realidad no sé, en una pared un poco despintada de una habitación en penumbra. Deben ser las cinco de la tarde o algo así. Todo es tan incierto. No puedo determinar absolutamente nada. He perdido el control, creo que ya lo había dicho. Quisiera recordar algo o alguien, pero no puedo y en el fondo creo que no quiero. Me causaría pavor y presiento que de hecho en algún momento un recuerdo me asaltará desde donde ya me acecha oculto, con sus colmillitos y su lanza, presto a clavármela en el cuello y cabalgar mi cabeza un par de cuadras.

Esta vez no habrá diálogos ni sensaciones japonesas ni ganas de drogas ni nada alienante. No hay angustia ni ansiedad ni adicción. No sé si estoy vivo o muerto ni por qué obedezco las reglas de tránsito y gramaticales. Del otro lado de la ventana todos rondan tan cuerdos y no los entiendo. Se asombrarían al verme. Bajaré por la escalera a ver qué hay. El torreón desciende interminablemente a una fosa rodeada de peldaños helicoidales incrustados en la pared cónica, el vacío es solo un punto negro color fuego al fondo y antorchas infinitas, encima de mí hay una nube de vampiros fosforescentes de todos los colores, algunos durmiendo y otros volando silenciosos, a veces el batir de sus alas y el choque de unas con otras suena tristemente a aplausos de un gracioso en el teatro al que nadie acompañó en la celebración del final de una mala función. Y mis pasos suenan como los de todos esos que después regresan a sus casas igual de tristes y desilusionados que siempre, con abrigos largos y grises que luego se convierten en sábanas frías y lunes.

Las escaleras no se acaban y no creo que nada bueno suceda. Atravieso la pared, me paro en una nube y bajo a ver qué de nuevo hay en la noche, desciendo sobre rayos y me entierro unos metros, respiro como árbol y el sol me llena de una vida rara, en la que cualquier cosa puede pasar. Me saludan los planetas que bailan desde siempre con regularidad y armonía en el cosmos que alguien más debe estar imaginando en algún sitio tirado sobre el pasto o la arena o flotando boca arriba o boca abajo en una piscina con poco cloro.

-Todos nos comunicamos, a veces nos dejamos en paz.
-Dijiste que no habrían diálogos.
-¿Quién dijo que esto era un diálogo?

El hielo flota y vende la idea de frescura en algún lugar vacacional. La sombrilla amarilla y el culo redondo de mujer. Sexo y penes flácidos de una humanidad que ya no tiene a nadie a quien clavar. Imágenes manidas e ídolos gastados frente a los que ya nadie se quiere arrodillar están guardados en las despensas de las bibliotecas.

La muerte viene por mí, oh sí. Esa vieja que nunca pasará de moda, esa a la que deseamos poseer con un deseo incontenible. Siento que me va a salir una fábula en cualquier momento, una que hable de un caballero y su señora y de algo que la muerte les hace que no los deja dormir tranquilos un día en el bosque, pero no. Entonces me saldrá un poema sobre la tristeza de estos días en los que no hay nada qué decir y a todos se les ha metido la idea de matarse, unos a otros y a sí mismos, porque estamos aburridos y hartos de todo.

Pero sonríes y me traes una lasaña más riquísima, que me devuelve la vida, me la como frente a los dioses y hablo con ellos que me dicen: hey chico, mira quédate un tiempo más y luego ya vemos a dónde te mandamos, ¿está bien? Y yo como siempre, sin respuesta sigo comiendo. Luego una manzana, un pucho.
Dios duerme en las piedras
Sueña en las plantas
Se agita en los animales
Y despierta en mí.

Cuando caiga el meteorito no habrá nada que comer, no puedo creer que Afrodita haya nacido de un pajazo de Zeus y todos los chiquillos salen los sábados detrás de ella, pero solo logran la alcoholización de rutina y una depresión horrible a la mañana siguiente. Y los Oniros, los hijos más querido de la noche, los que a todos dan su abrazo, son siempre rechazado por aquellos que se arruinan sin compasión y no duermen nunca, como yo, para caer sobre ellos muertos, como rojos campos verdes: inútiles bolsas llenas de aconte/theori-cimientos, acero y concreto hecho pedazos.

-Esta carrera, ¿cuándo se acaba? –digo casi ciego, casi completamente idiota, seguramente aburrido.
-Cuando tú quieras mi amor, cuando tú quieras. Échate, duerme conmigo –pavor, espanto en mi rostro como el de ciertos animales que saben que luego de la caída nunca más se volverán a levantar y terminarán despedazados en las fauces de sus predadores naturales antes del anochecer o convertidos en una masa de feroces gusanos del olvido.

Tal vez en mi próxima vida duerma diez mil años encerrado en una piedra. Tal vez diez mil millones de años a los pies de mi Señor. ¡Oh Señor, dónde estás? ¡Oh Señor, dónde debería estar yoh y qué debería estar haciendo hoy? ¡En medio de qué batalla me has colocado que no entiendo nada y solo siento que todo se acaba hora tras hora? Gracias por todas estas magníficas sorpresas en mis ojos de arco iris sonámbulo. Ayúdame a destruir para siempre el siglo XX, oh Sagrado y Misericordioso Señor. Deja que ambos ejércitos se destruyan y envíame tan lejos que vuelva a abrir los ojos frente a ti y esta vez realmente sienta que no estamos solos rodeados por las risas de los ángeles y tengamos que volver a atravesar el silencioso desierto en busca de la altura solo paras poder caer de rodillas ante ti y humillarme con el más servil y pequeño de toda tu larga corte amantes. Córtame las piernas oh Señor, arráncame los huesos y lleva de tu mano mi alma hacia tus esferas y luego de hacerme arder en llamas y usarme para dar señales de humo a los planetas que no me es dado ni siquiera imaginar, ¡qué felicidad todo esto! por favor, luego de eso hazme llover para volver al mar y reconocerte bajo las olas y los surfers y las piedras y los lobos del mar y las avionetas que arrastran banderines largos con frases y logotipos de cosas para vender.

Y las cosas minimalistas y las creaciones masivas, como las cosas de Warhola y de todos los idiotas que lo admiran, como yo.

Un oso polar deriva sobre un hielo que cada vez se hace más pequeño, como yo, en medio del océano y nosotros seguimos preocupados por wevadas recontra nada que ver, como yo. Y aburridos porque somos unos horribles aunque digamos lo contrario. Esto es así tío, no importa lo que digas la única verdad es la que demuestras con tus actos y yo no tengo ganas de hacer nada, fácil sentarme a sonreír como ya lo había hecho Buda. I’d prefer to lose touch with my mind rather than with nature. Estoy harto. Estoy cansado. Estoy aburrido y me siento como el patito feo cuando todavía era feo. Tengo hambre y ganas de bailar y sembrar nucleares en las cabezas más tranquis para que exploten como piñatas de barro con forma de burritos o toritos de Pucará, pero sobre todo no tengo ganas de nada, solo de ver que suceda algo grosso en el youtube una mañana como la del 11 de setiembre de 2001, de lo cual seguro tampoco tendré nada importante qué decir, como lo de Bagua y eso. Arráncame los ojos y déjame abrazarte. Te perdono y espero me perdones, porque, yo qué sé, de pronto un día comencé a existir, ¿me entiendes? Supongo que fue así. No tengo la culpa, algo me creó. Obedezco a una voluntad desconocida, te amo Kami. Mis metas son seguir riéndome de todo esto y seguir contigo.

Y bueno, si puedo seguir escuchando kicking giant y plug-plug, entonces está bien.

Aquel glorioso 11 que me manchó. Supuestamente debió tomarle tres días, no los más de dos mil años que se dio para vagabundear en el submundo, en los sótanos de todos nuestros corazones, en algunos de los cuales ya eclosionó y ha comenzado a piar como un fénix bebé, like a baby cobra mordiéndose la cola, como tú, ¿te has dado cuenta? Todo lo que queda por hacer, ya ha sido hecho y te dejaron con tu frase favorita en la punta de la lengua, ¿no es fantástico? Ahora ya tienes toda la eternidad para decirla una y otra vez y los infinitos rostros para que te la escuchen y se la metan en el culo.

-¿Y mi cuerpo?
-¿Acaso no lo ves, no te has dado cuenta que está en todas partes?

No me preguntes exactamente cómo, pero observa las figuras geométricas que forma tu voluntad. El ser es solo voluntad, en otras palabras: "ganas de".

¿Ganas de qué tenemos hoy, miguel?
Cualquier cosa no-pop. Algo del tipo “con un poco del esfuerzo de todos juntos haremos rodar la piedra alada”. ¡Cuán inútil es todo esfuerzo que nace de la emoción! Y qué bello es lo realmente inútil.

Videos con colores de colores:


Este me hace acordar a 7am, pero también a Gaby Mu que me habló un día de la pela esa que hasta ahora no he visto, el globo rojo.


Hoy estuve escuchando un disco de Helio Sequence y busqué un video...


No tengo idea de cómo llegué a este.


Este creo que me lo pasó Sybila.

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