viernes, 8 de junio de 2007

Cambié la plantilla del blog y no sé cómo ponerla como antes

Todos somos personajes de una novela que todavía se está escribiendo. Una novela en cuyo conflicto están en juego todas nuestras vidas, las lejanas y las cercanas, las grandes y las pequeñas vidas que piensan que no podrán cambiar nada. Todos nos aproximamos como un rebaño de engañados individuos que ciegos no dejan de gritar o balbucear en otros casos: "yo soy yo, yo soy único y especial, yo soy distinto pero nadie me comprende" y todos, uno a uno y uno detrás de otro vamos a ir cayendo, como movidos por una inmensa faja transportadora de cajera de supermercado, al infierno a arder eternamente, como lo hemos venido haciendo siempre. Todo igual, sin ninguna novedad, sin ningún cambio hasta que finalmente el día llegue en que, tal vez primero uno y luego otro, aquí y allá, sin verse, sin vernos, iremos despertando y saldremos de la faja que nos conduce a la nada y nos moveremos felices y libres, bestias salvajes del espacio exterior, vagando incontrolables y terribles, sin miedo a nada, ni siquiera a volver a ser esclavizados ni siquiera a quedar atrapados en la eternidad. Y por un instante, uno de esos en los que cualquier cosa puede pasar, marcharemos como un ejército alegre a la vida, al caos, a lo que ninguna palabra jamás llamó de forma alguna.

En medio de su propia soledad absoluta cada uno sabrá que todos somos uno. Uno al que solo le interesa explorar el tiempo y saber qué tan real fue ese sueño que alguna vez, dormido, verbalizó.

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