-Tío, yo también estoy luchando, pero no sé contra qué ni para qué. ¿Y tú?
- No, yo tampoco, pero ni lo pienso. ¿Para qué? No quiero amargarme la vida tampoco.
Se encierra en su oficina y manda al mundo a la mierda. Sin saber que su pierna está encadenada al mundo que ha botado por la ventana. ¿El tiempo?
La incertisumbrew de los días. Ha pasado. No sé. Va a llegar, quién sabe. ¿Mañana? No tampoco. ¿Qué quieres? Estoy harto de despertar. Tal vez mañana, quién sabe. Tú llegues y yo quiera salir y hagamos algo y quién sabe qué más. He cometido el error de no saber. No me siento culpable, pero así sucede. Y esta vez no sé si a veces, aunque sea lo más probable. A veces es así. ¿Mañana cómo vas a venir? ¿Cómo estás hoy?
¿Hey, sigues siendo nada? Me preguntaba si te gustaba algún grupo en especial o una película. Me cuenta su película favorita mientras por la calle pasa un tío con una oveja en los brazos y a su lado la catarata de combis y humo y taxis y gente desesperada que no sabe a dónde ir. Me estoy quitando a chupar con mis patas. Estoy yendo a trabajar papito, ya suéltame, sino qué vamos a comer. Estoy regresando tempranito, no me esperes despierta. Ya estoy llegando. Ya voy a nacer, tal vez mañana, cuando se me pase el sueño, cuando.
Ella llevaba a todos lados un papelito con una palabra escrita con lapicero verde: ganas. Nunca supo a quién dárselo. La Navidad será un buen momento. Él espera sentado desde hace años a que ella llegue con las ganas. Yo hace años, cagándome de risa, le dije a un broder que siempre se viste de negro, saliendo de una clase de interpretación de textos: “todo es seducción tío, todos tirándose las redes, unos a otros, es un cague de risa, pero demasiado salvaje al mismo tiempo. Todos están seduciéndose unos a otros, tratando de llamar la atención del otro para pasar al instante siguiente, copulando, comulgando en estas islas llamadas ideas, pero más que ideas: gustos, preferencias, deseos. Y lo que veo es que a todo el mundo le gusta lo mismo y yo quiero ver qué hay del otro lado de la pista, ahí donde todavía no han llegado las antorchas…” y seguí hablando aunque ya este chico hablaba con alguien más y yo estaba comprándome un cigarro en una tienda.
cozzzzzzzzzzz aaaaaaaaaiiiiiiiii waaaaaaaaaanaaaaaaaaa biiiiiiiiiii anaaaaarchist
Estoy bailando alrededor de la mujer perfecta, la que se deshace, la que no necesita pasar por mis sentidos, ni dar explicaciones al respecto.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
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3 comentarios:
¿Música? ¿Sonido? Ah, dulces amantes de Dolor y Placer.
(escalofrío)
Pura rabia es el sinsentido de los sentidos, amorales que critican la moral impuesta. A ninguna parte vamos, aunque también de ahí hayamos partido... Confiesa: ¿cosas del averno?
Nevermind the bollocks.
Un soplo de aire libertario...
Feliz navidá, amistá!
HABLA MI ESTIMADO INTERESANTE ESE RELATO BASTANTE BOHEMIO,PERO REALISTA.
PD. ENTRASTE A MI BLOGS TE INVITO A QUE LEAS A JAVIER WONG SI TE GUSTO EL RINCON QUE NO CONCES TE GUSTARA LEERLO A EL
WWW.ESTUDIANTECOSMOPOLITA.BLOGSPOT.COM
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