domingo, 26 de abril de 2009

Vampiro mutilado sediento de ternura


El 30 moldearé.

En el universo olvidado del que viene fue olvidado por sus padres y su novia, y por sus hijos y hermanos. Olvidó, lo olvidó. Y de pronto un día cayó aquí frente a una piedra inerte. Abre los ojos y está siendo perseguido por los perros blancos con espumarajos, y sentado como una momia al frente del ayuntamiento, esperando a que caiga la tarde y en el salón de baile una mujer tropieza mientras corre y luego se arrastra por el suelo hasta desaparecer detrás de la cortina carmesí. Del otro lado de la ventana, la luna llena y tranquila le canta una canción de cuna a quienes celebran la navidad en la tierra dentro de sus tipis. Un asteroide vagabundea durante unos cuantos millones de años sin encontrar luz a su alrededor y los peces abisales tienen mandíbulas enormes y pequeñas bacterias de tamaño humano las habitan como caries con fogatas plateadas. Esferas de colores, luego bicicleta, luego verano, luego as, luego reina, luego Sandra, luego verde, luego viernes, luego ciudad presa de la lluvia de fuego y los ancianos barbados con cabezas cónicas comparando distancias, épocas y jaulas. ¿Cuánto de todo esto es solo ausencia de control? ¿Y para qué? Nonsense es la palabra que escribió en la orilla, luego se arrancó el dedo pulgar del pie, lo arrojaste como un muymuy y fin de la historia mi cabeza no ha encontrado un planeta donde echar neuronas a volar. Así que el monje zen se viste de gris y luce una cabeza pelada. ¿Qué más hay?
Enamórate, me digo. Miro a todos lados, me siento como un lagarto en la granja estroboscópica. Miro antes de cruzar la pista. Recuerdos despreciables me caen como plumas en la cabeza, dando un par de vueltas antes de volver a desaparecer en la nuca de mi olvido. Paso horas, a veces días enteros hablando con alguien que no puedo recordar y siempre vuelve a suceder. No me pidan lo imposible. Sorteé todas las hélices y sigo en una pieza. No entiendo nada, los colores me distraen y deleitan con sus novedosas formas y texturas y música. De cualquier forma toda esta diversión es un desierto. No quiero acostarme con nadie. Ojalá todos los humanos estuviesen muertos y me dejaran en la entrada con un perro, un gato y una tortuga. Muero de hambre, no sé a dónde ir a esta hora con esta flojera. Tengo tanta hambre que me comería a todas tus mascotas. Y después a mí mismo. Estoy muriendo de hambre y sueño y no quiero dormir, tampoco ir a la cocina. Tengo frío, no quiero salir de la cama. Mañana no quiero ir a trabajar. No quiero ver a nadie. Cada vez que marco todos los números de tu teléfono, cosa que por cierto me toma como dos horas, cuelgo después de la primera timbrada; pero cuando el viernes vienes y me pides que te vuelva a decir que te amo, te respondo que otro día para que me odie el anochecer de Moloch. La misma mierda, sucediendo una y otra y otra vez. Pero qué puedo hacer yo además de respirar, yo que lo he olvidado todo y juego a buscarte en cada piedra, en cada roca despreciable, en cada cosa nada que ver, en cada uno de los motivos por los cuales estoy quedándome solo. La próxima vez que te vea, te voy penetrar. Te besaré. La próxima vez que vaya a solas contigo, te voy a morder encima del vello púbico y debajo del ombligo. Te mordisquearé y te pediré que no digas nada. Que estoy aburrido y harto y me pondré a llorar. Te pediré que por favor nos suicides a los dos y que volvamos a comenzar todo de nuevo, porque estás tirada hecha pedazos. Y yo me imagino que también. No sé cómo volverás a ser una y perfecta. Y no esto de ella, esto de aquello, lo de la otra vez, esto de esa foto, este gesto que nunca más volví a ver y un cúmulo de detalles perfectos en un golem monstruoso y nunca formado ni sincronizado. Te amo, vuelve y sálvame. Te amo, vuelve por este loco que círculo tras círculo descubre nuevas cosas y aún así sigue necesitando de ti con la misma desesperación y con cada vez mayor urgencia en su deambular invisible por las esferas.


Otro domingo yolatenguero... ya otro día se yolatengueará mejor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esos son tus patas no ?