Me llega al pincho

Ya no estoy acá. No me importa nada, pueden odiarme si quieren. Mi sonrisa se diluyó en el mar. Mañana al amanecer todos habrán sanado.

Me pregunto cuándo será el momento de rendirme.

Será cuando todos los espejos se hayan desempañado. Cuando haya libertad de tránsito en la mente. Cuando al despertar estés a mi lado. Cuando me hayas cerrado la boca con tu beso al matarme. Cuando el veneno haya hecho colapsar la última neurona de mi sistema nervioso. Cuando no haya posibilidad alguna de encender mi máquina para salir huyendo de este planeta durante su destrucción. Cuando el orden haya triunfado sobre el caos. Cuando no pueda voltearme y decir me llega al pincho chasumare! Cuando ya todo esto se haya terminado, solo ese día, me voy a rendir. Cuando ya no quede salida y la única puerta al frente mío seas tú. Encantado me arrojaré a la oscuridad para ver qué más hay.

Y aún ese día, que espero llegue lo más pronto posible, seguiré viajando, aunque sea solo para ver círculos y triángulos de colores y otras infinitas cosas que nunca entenderé.

Ya no sé donde está la salida de esta ciudad. Ellos ya se encontraron y pronto partirán, dejando la guerra atrás. Yo me quedaré, quiero comprar un arma y salir a las calles como un asesino árabe del siglo once y saber que la vida es solo esto: matar.

Esto es la otra vida.