Los placeres extrañamente horribles de hoy

Me parece inolvidable que todo es onda.
Que todo está constantemente vibrando en sintonía con lo demás.
Que cuando uno se detiene invisible en una calle es porque ha comenzado a vibrar a la velocidad en que lo hace esa calle.

Es inolvidable también que uno puede brillar cuando quiere.
Solo un gesto, un leve movimiento imperceptible, una exhalación concentrada pueden operar milagros. Mucho más pueden hacer gesticulaciones obscenas, fuertes arengas, acciones violentas e interjecciones intempestivas.

Para ver con claridad es necesario que las aguas de la mente se hayan serenado. Que, no importa lo que pase, los picos estén muy abajo, cóndores volando entre ellos por encima de las voces y que, aunque el teléfono y los miles de timbres suenen, sepas que quien llama eres también tú en tu divertida soledad absoluta.

Estoy contento porque tengo la impresión de que este blog lo lee más gente de la que imaginaba. Gracias por pasar por aquí. (Esto lo estoy poniendo después de 5 o 6 horas ¿de qué?, pero parece que ¿hoy? llegamos a las 1000 veces que alguien hace el tpliiiinchk en esta página, nuevamente gracias por existir o por estar por ahí weviando, eso es bastante para mí.)


Hoy he comenzado a practicar el curso para hacer milagros voy por la lección 65. A mi padre le decía que cada quien se mueve a su propio ritmo. En la mañana fui a ver dónde puedo mandar a hacer unos mostradores para poner La voz del capitalista vegetariano de venta en tiendas porque últimamente no tengo muchas ganas de salir de casa. Así que fui al centro. Vi un exhibidor de publicidad en una tienda y le pregunté al tío, dónde lo había comprado:
-¿quél acrílico, dices?
- Sí, ¿cuánto cuesta?
- Ah no se pe, eso trae la empresa y lo deja para que la gente coja.
- ¿Y no sabes dónde puedo ir para mandar a hacer unos?
- No.
- Bueno, gracias.

Seguí lateando, al menos ya sabía que lo que busco se llama acrílico. Estaba lateando pensando que la gente no tiene idea de nada y estamos como hormigas en un acrílico lleno de tierra cuando vi sobre la mesa de un wachimán en un edificio unas páginas amarillas. “Bien, ahora voy a buscar un sitio cercano donde hagan acrílicos en las páginas amarillas de mierdafónica, sí esa empresa monopólica y transnacional me va a servir para encontrar un microempresario local que me haga el servicio”. Me puse a buscar en la sección acrílicos, pensando en eso de ser servicial, cuando bajó un tío por las escaleras que se puso a conversar con el wachimán mientras otro le limpiaba los zapatos, sentado sobre esas cajitas de lustrabotas. Todos los sitios quedaban en La Victoria, y había uno que quedaba en Morales Duárez.
- Disculpen, ¿saben si Morales Duárez queda cerca?
- Mmm, queda por la Av. Argentina, por?
- Es que quiero mandar a hacer unos acrílicos y no sé a donde ir.
- Ah yo conozco, justo estoy yendo por ahí, te llevo.

El tío que había bajado del edificio me llevó en su carro a un sitio donde hacían acrílicos. Yo pensé que me tomaría todo el día, pero veo que el curso para hacer milagros tiene su efecto. En el carro me quedé conversando con el tío acerca de estudiar enfermería y viajar a Italia, construir inmuebles en Villa María y que ayudando a otros uno termina ayudándose siempre. Luego nos despedimos, ojalá Rubén Rojas haga su sueño realidad y se compre una 4x4 y todos felices y contentos.


Los deseos de la gente suelen ser materiales, cosas que se destruyen casi siempre.
Otros desean algo más elevado el amor o la amistad, por ejemplo.
Otros un toque más marikas desean que las cosas no cambien, auqnue sus vidas sean astalkulo. Mejor chola conocida que gringa con sida, dicen.
El caso es que todos estamos siempre deseando cosas.
No sé, ¿qué puedo decir? NO SEAN ENVIDIOSIOS. Ah y tampoco sean tan celofanes peeeeeeessss sobre todo los perreros.
¡Las gatas fieras son de todos!


Siguiendo con el ánimo patriotero este post se lo dedico a la tigresa del oriente, que la hizo hace unos meses en el youtube. Buena tigreeeesa grrrrrrrr!!!!