Sé que si te lo dijese
por el msn
o en mil poemas de amor
envueltos con retazos de mi piel
o armado de valor
fuese a buscarte
despojado de
miedos y vacíos
y te lo dijese
no sería lo mismo.
Todas las cosas que fueron
o pudieron haber sido
si no fuese porque
necio y furioso
quiero quemar
y resucitar del fuego
siendo ya nuevo
quiero que vengan los marcianos
y me amputen el cerebro.
Tenemos que tocarnos,
e inventar una nueva forma
para decírnoslo agitados.
En la que entiendas tal como lo siento,
tan grande que no me cabe en el cuerpo y se me desparrama
del corazón
por los dedos, por los ojos, por la boca
como ríos sangrientos y dorados que ríen y ríen
como locos degenerados,
enfermos, agónicos,
como si viviésemos el último momento de nuestras vidas.
Y todo fuese desde siempre deforme
y vago.
Voy a inventar una forma de decírtelo
en la que tú seas yo
y yo sea tú
y no nos tengamos miedo.Nada de miedo.
Aunque yo sea azul
y tu roja.
Nada.
Y seamos como un solo cuerpo que se mira en el espejo
Sin caretas que nos distancien.
Como si estuviésemos en una habitación con la luz apagada
y nadie supiese que estamos ahí.
Te amo.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
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