Sin tu señor nada eres

"Tu señor es el que te muestra el camino. Llámalo ángel guardián, yo mismo soy, maestro, “dios”, etc. Todos obedecemos extraños designios que reaparecen constantemente en el entramado ilusorio llamado realidad, mensajes enviados desde el más allá. La idea es reingresar a la mente maestra y reprogramar el, o realizar la edición de esta película llamada realidad (eso se llama rezar). Para que los mensajes nos conduzcan más rápido, más rápido al desenlace: el ragnarok, la batalla final, donde caen las máscaras, los tigres lucen las garras, los dragones llegan volando desde Arcadia y los bombarderos dejan caer caricias sobre las ciudades, el día en que se medirán los niveles de entrenamiento de cada quien y cada uno recibirá su premio al esfuerzo." (Fragmento del sermón de la montaña del otro Jefe Imbécil)

Todos los días al despertar repetía una y otra vez mientras me duchaba: “Dios, hazme digno de alcanzar tu divina gracia con una muerte gloriosa en este día”. Parece que todavía le soy útil a mi señor en estas tierras llenas de cerdos que solo piensan en mierda. Disfruten el mundo, mientras todavía queda. Sepan que esto es lo que siempre han deseado. Como dice el chino Hamann: la jugada del señor es maestra, nada puede detenerla, ya ganó, a uno solo le queda tener fe. Es sólo eso tenerle fe a Dios. Mi problema es con mi propia mente. Tu problema es con tu propia mente. Es verdad a veces me siento asadazo y me enfurruño porque veo que todo el mundo está totalemente cagado, hablo con mis patas y les llega todo al pincho, hablo con la familia y piensan que ya quemé, voy a la iglesia para hablar con un cura y la mierda está cerrada, busco a alguien y todo el mundo está perdidazo y a nadie le importo. Y a pesar de todo creo que existir es lo jiuston and necesario y me alegro de estar sufriendo todos estos pesares, prefiero esta felicidad interminable y no "LA NADA".

Cristo y Nietzsche: me llegan a las bolas ese par de sodomitas, ¡qué se diviertan bestias salvajes del expacio!

Para los bastardos del infierno que se consideran nietzscheanos, pero que nunca lo vieron sin bigote.