No tenemos ya tiempo para el amor, la
ternura, la naturaleza, el placer y la compasión. Nuestra
atención está cada vez más asediada y por tanto la dedicamos
solamente a la carrera, a la competencia, a la decisión
económica. Y, en todo caso, nuestro tiempo no puede seguir
la loca velocidad de la máquina digital hipercompleja. Los
seres humanos tienden a convertirse en despiadados ejecutores
de decisiones tomadas sin atención.
El universo de los emisores —o ciberespacio— procede ya
a velocidad sobrehumana y se vuelve intraducible para el universo
de los receptores —o cibertiempo— que no puede ir
más rápido de lo que permiten la materia física de la que está
hecho nuestro cerebro, la lentitud de nuestro cuerpo o la necesidad
de caricias y de afecto. Se abre así un desfase patógeno
y se difunde la enfermedad mental, como lo muestran las
estadísticas y, sobre todo, nuestra experiencia cotidiana. Y a
medida que se difunden las patologías, se difunden los fármacos.
La floreciente industria de los psicofármacos bate
récords cada año. El número de cajas de Ritalin, Prozac, Zoloft
y otros fármacos psicotrópicos vendidas en las farmacias
crece, al tiempo que crecen la disociación, el sufrimiento, la
desesperación, el terror a ser, a tener que confrontarse constantemente,
a desaparecer; crece el deseo de matar y de morir.
BERARDI, Franco. La fábrica del a infelicidad. Nuevas formas de trabajo y movimiento social. Madrid, 2003, Traficantes de sueños. P. 23. Edición digital aquí.
1 comentario:
hola neurotransmisor,
lamentablemente, franco berardi no pudo estar con nosotros en rosario por cuestiones de salud. seguramente nos visitará el año que viene.
si quieres puedes escribirle a: francoberardi@gmail.com
saludos! seguimos en contacto
estrategiasvitales.blogspot.com
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