Hay noches
en las que no hay nadie
o en las que están ocupados todos
y muy lejos en sus propios
quehaceres,
en mi ausencia.
Llego a estar tan ausente
que pienso por un momento
que no existo,
que no importo
y soy libre
por un rato.
Nadie me ama y nadie
me extraña
y yo solo
quiero despertar
en un mundo nuevo,
que aún no haya arrasado.
Donde me reencuentre con ella.
Que la pienso incluso
cuando no pienso.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
1 comentario:
ah
mierda
me gusta mucho leer esto
despues
cuando pase lo ke tenga ke pasar T_T
seras el primero
en dormir
en cama de piedra
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