Eres pozo
como signo que
no entiendo,
Que algún día
comprenderé y
olvidaré para
volverte a encontrar
indescifrable y luego
inventaré una pirámide
de ideas desde
donde poder volver a mirarte
y sentir paz por verte nuevamente,
ahí estática,
muerta,
bella,
tranquila,
intacta.
Pero tú volverás con tu pureza,
inocencia y sangriento amanecer
y me despertarás para llevarme más lejos
a un lugar en el que
mis pirámides se desploman
y no entiendo nada.
Tú eres mi muerte.
Por ti es que nazco a cada instante
y soy nuevo y eterno.
o la destrucción de las formas inquebrantables. Sobre cómo tres muchachos decidieron poner un puesto de pop corn en la avenida y de cómo las monjas chinas les preguntaron dónde quedaba el jardín oscuro de Schöenberg, ellos al ver que las uniformadas en el hábito de nuestro Señor Jeremías Equisto no llevaban peniques ni chibilines, las mandaron al desvío sin percatarse que el camino que les señalaron con desidia las llevaría a través del tortuoso sendero de una felicidad infinita.
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